miércoles, 2 de septiembre de 2015

Altafulla 2015 - El hundimiento

Intentaré ser breve, porque tampoco hay mucho que contar de mi pésimo campeonato de España. Ratificó las sospechas que ya tenía sobre mi estado de forma y el efecto de los entrenamientos desde mi declive hace dos meses...

Intenté salir a jugármela, nadando muy fuerte hasta la primera boya y luego buscar pies para ir más cómodo. Hasta ahí guay. De la primera a la segunda me curraron y bien, y perdí pies pero eso no fue sino el menor de mis males al pasar la segunda boya. Perdí el grupo de Óscar, aunque la primera vuelta pasé a 15" aproximadamente, de los cuáles 10" los perdería en la salida del agua (si no más). No podía levantar los pies corriendo por la playa, te notas inflado, no puedes cor

rer, descoordinado... Preludio de lo que me esperaba en la segunda vuelta... y de ahí para atrás, como los cangrejos. La única esperanza pasaba por enganchar un grupo de bici y remontar. Y en la transición creía que iba a ser posible. Pero me equivocaba. Te montas en la bici y sientes que "no vas". Te pegas dos vueltas solo. Es una mezcla de desesperación y rabia. Mirás para atrás. Grupo de 5 que te va a cazar y la ambulancia. En esos momentos pensé muy seriamente en abandonar. Las piernas atascan y estás totalmente fuera de carrera. Al final sufres otras 4 vueltas, pasando a relevo en lo que puedes... Y luego te bajas a correr, cuando el primer clasificado ya te saca casi 3km (o dicho de otra manera, 9'15"). Y empiezas a correr, sin ganas y psicológicamente fuera de carrera... Al final acabas, posición 58º y un día para borrar de la memoria.


Si digo que no me lo esperaba, mentiría. Desde la hecatombe de Pareja no he vuelto a ser capaz de entrenar bien. Salvé los muebles en Agramón, y no sé ni como, quizás porque corriendo he llegado a ese punto en el que da igual lo que haga o deje de hacer, y soy capaz de mantener el nivel mínimo. Pero nadando y en bici es otro cantar. Saliendo a rodar iba en ese punto que no sabes si vas jodido por el viento, o por el cansancio, o si sólo son imaginaciones tuyas. El dolor de piernas se hace patente. Corriendo, difícilmente he sacado una sesión digna sin molestias o dolor. Y nadando me han empezado a salir taras, dolor de hombros, días que vas y días que no arrancas ni a tiros. Sensaciones muy dispares. 

Y la sombra de fantasmas pasados rondando... La báscula no miente: de estar en 68kg y como un toro a estar en 66kg y arrastrándome. Preocúpate cuando todos tus conocidos te digan: "Hostias, estás mucho más delgado" o "Tienes la cara más chupá", porque posiblemente te estén dando pistas de lo que te pasa. Ni la semana de descanso en Oropesa me salvó. Vas cansado, duermes mucho, tu cuerpo te intenta decir que desistas... Y fuerzas. Y no sirve de nada.

Aunque suene redundante, he tenido que hacer aquello que todo hijo odia hacer, dar la razón a tu madre. Ya me lo dijo en junio, "Algún día vas a reventar". Y ese día, llegó. 

Quizás me haya exigido en exceso desde el mes de noviembre. Estudiar 7h al día, entrenar, trabajar (delante del pc y presenciales), y no dormir, o hacerlo mal y poco. A esto hay que sumarle que desde el mes de junio me abrieron una terraza debajo de mi ventana (con posiblemente la broza más escandalosa de Talavera) y de jueves a domingo no conseguía encadenar más de 3h de sueño seguidas. Estrés y poco tiempo. Semanas en las que no he podido pisar el gym, otros de descanso forzado por falta de tiempo, y al final esa situación te acaba consumiendo... Enteramente, la culpa es mía, he jugado con fuego y al final he explotado.

De aquí en adelante hay que fijar objetivos:
1. Recuperarse de la lesión.
2. Recuperar masa muscular.
3. Operarme de la vista. 

Así que en 2016 la prioridad será la oposición, aunque seguiré corriendo (y montando en bici y nadando aunque a un nivel más bajo).