miércoles, 11 de julio de 2018

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Esta semana acaba un ciclo de 6 semanas fuera de casa (total o parcialmente) que arrancó con el Campeonato de España de Triatlón por Parejas y Supersprint por equipos en Águilas y que no despejó nuestras dudas sobre la permanencia en primera división para el año que viene. 

El sábado competi por parejas junto con Juanra, y el domingo, como dicen los gañanes, "buena sagatina". Conseguí meterme entre los 25 primeros de mi salida y estar en la salida de la final, pero meterte dos supersprint en una hora no es sano para la salud de ningún organismo vivo, y la segunda ronda fui totalmente fundido. 

El finde siguiente clasificatorio de Cáceres, con un circuito duro en bici y donde veía que podía clasificarme con bastantes opciones, pero, ¡ay amigo!, todos los que se apuntaron a última hora... De todas formas, lo que más me mató fueron los cerca de 2km de natación que nos clavaron (y que nadé totalmente de ojete). En la bici di mucho la cara, aunque dentro de los watios establecidos (302w de NP) y a la hora de correr las cuestas abajo del casco histórico me fustigaron, así que de ir totalmente flaman hacia la clasificación, pasé a estar rezándole a Aláh tirado en el suelo. Al final me repuse y acabé, muy mal, muy tocado, y rabioso. Los vastos internos me petaron como dos palomitas en un microondas, y aquí la anotación mental: "Debo ir al fisio, debo ir al fisio, debo ir al fisio...". Si compites mucho, descansas poco y no te cuidas, te pasan cosas así. Mea culpa. 

Esa semana fisio en Móstoles, punción seca y algo mejor, sin estar totalmente bien.

Siguiente finde a Alcalá de Júcar. Por primera vez noté que nadaba bien en la temporada, aunque pagué el haber sido un cagón en la salida, saliendo cuarto del agua a 20" de Óscar y Alberto González Gil, no obstante en el primer kilómetro ya los había cogido. Fuimos a relevos a tope intentando coger a Javi Lluch y que Ferrando no enganchara por detrás. Pero enganchó a final de puerto y después no nos entendimos, y en un palo, cedí. Así que sin fuerzas, me puse a mis watios y conseguí mantenerles hasta el final de la bici donde les cogí en la transi. Al final tercero, aunque con molestias en los vastos... (seguimos jodidos). 
Ocho días después, regional de Cózar. Otra natación buena y una transición rápida me incrustaba en el primer grupo (a excepción de tres escapados que cogimos en el km8 más o menos). La carrera a pie jugándonos los puestos entre Perales, Alberto González Gil y yo. Una cagada en la T2 me dejó demasiado atrás y la importancia de los segundos pesan. Alberto primero, Perales a 5" y yo a 3" de Fran. Subcampeonato de CLM de Sprint. Ni tan mal. 

Siguiente semana de puesta a punto y de hacer poco, con un viaje programado a Valencia con los amigos y reset mental. Sé que no era lo mejor, pero "era lo que había". 

Y el finde pasado, Campeonato de España de Triatlón Sprint y Acuatlón. Viaje larguísimo hasta Bañolas con Óscar e incógnitas sobre cómo estaríamos. 

Sábado pasado por agua, que auguraba carrera de supervivencia. Natación cojonuda hasta la segunda boya, de hecho me doy cuenta de que voy a pies de Héctor por el gorro y el mono (y el pendiente), pero de ahí en adelante empiezo a perder fuelle y pierdo hasta los pies de Javito en los últimos 50m antes de la transición. Los errores se pagan. Y no fui capaz de entrar en ese grupo, que a la postre entraría en el grupo de cabeza. Para colmo de males, casi talego dos veces, y fui totalmente cuadrado toda la bici. Salvé la caída, pero la cabeza no funcionaba. Carrera muy lejos del grupo de cabeza y de hacer un puesto decente... Domingo casi sin fuerzas el acuatlón, y toda la buena natación del sábado se fue al carajo el domingo. Nadé estrepitosamente mal y remonté algo a pie. En mi línea, seguimos siendo élite de relleno.

Dije que no me iba a obsesionar con los resultados de este año, que lo importante ya estaba hecho, que era aprobar la oposición, y es totalmente cierto, aunque siempre quiera más. De ahí el sabor agridulce del último fin de semana. 

Ahora unas semanas de entrenamiento entre Arroyo y Talavera y el día 31 cerraremos otro capítulo de mi vida. Dejamos el trichalete y volvemos a casa 5 semanas antes de incorporarnos a Ávila.