domingo, 24 de septiembre de 2017

Off season

Después de MD de Buelna y un buen fin de semana de concentración con el equipo en las Lagunas de Ruidera, tocaba ponerse el mono de trabajo y darlo todo para conseguir mantener la primera división en la liga de clubes. Viaje a Pulpí con Romo, transbordo en Albacete y activación el viernes por la noche a las tantas.

Sábado campeonato de España de triatlón por parejas, donde competía junto con Omar en la última posta de los relevos. Natación algo movida con algo de olas y una entrada en el agua criminal, por una pasarela de metal que no daba nada de seguridad. En la bici, mucho desgaste, hasta el giro de 180º donde nos cogieron el Ecosport y el Saltoki. Por suerte, a pie rematamos y fuimos capaces de mantener la posicion y acabar en una muy meritoria 6ª posición. 


Sábado por la tarde, bici suave con Romo, Curro y Juanrra. Después, cena, reunión técnica con Trimatas y a sobar, que por la mañana del domingo nos tocaba el supersprint eliminatorio. Ahí yo no tenía nada claro si sería capaz de pasar la primera ronda, ya que llegaba con un nivel de natación que rozaba el más absoluto penasco. Falta de tiempo, contratiempos varios, y semanas que no pasan de 12k, no hay más. Creo que en las dos rondas que corrí salí de los 10 últimos del agua (por no decir 5), por suerte fui capaz de remontar y entrar el 34º en la primera, y el 31º en la segunda, y sumar algún puntillo para el club, librando una caída gorda en la primera ronda en la que una bici del carril contrario salió disparada y me movió los pelos de las piernas. En la segunda ronda, el objetivo era ganar a los del CTOA, con quien nos jugábamos las posiciones 11 y 10, y fue en un sprint agónico donde conseguí entrar por delante, el objetivo que me había marcado Trimatas en el descanso. Creo que ha habido pocos días que haya acabado tan agónico y tan totalmente fundido. 

Y eso lo noté el lunes y el martes.

Durante la semana las sensaciones nadando fueron una basura, corriendo y en bici todo iba correcto, pero nadando no encontraba el ritmo, ni las sensaciones, absolutamente nada.

Y así pasó, el viernes después del viaje hasta Valencia las sensaciones eran una mierda, exactamente las mismas que el sábado cuando estuve nadando con Fran en el puerto. También salí a rodar una hora con Óscar y Pakillo por la mañana, con unos esprines. 

El domingo ya estaba el pescado vendido. Nadé entre mal y muy mal. En parte también porque me descolgué de pies en la segunda boya y me empezó a rozar el mono, perdí la técnica, la fuerza, y salí hecho una mierda del agua, muy lejos de donde debería haber salido (79º a 1'30" del grupo donde debería haber salido). El resto de la carrera fue remar, y remar, y remar. También hay que resaltar la cantidad de caídas que se produjeron, cosa que me benefició para conseguir la posición final, 42º en meta, aunque muy muy lejos del rendimiento que soy capaz de conseguir contento por haber logrado el objetivo del club de entrar entre los 50 primeros, y haciendo equipo con Omar y Alvarete. 

Ahora, dos semanas después, he colgado la bici, y las gafas de nadar y casi las zapatillas. Se acabó el entrenar para competir por unos meses, hasta que salga el examen de la policía nacional. Este año no se puede escapar y por eso he decidido centrarme, y hacer simplemente "deporte salud". 

Ha sido un verano muy intenso, en el que los kilómetros y los fines de semana fuera de casa han ido pesando cada vez más hasta dejarme muy tocado tanto a nivel físico como psicológico. Lo de ir corriendo de lado a lado me ha ido minando, y ahora, es el momento preciso de recuperar.