lunes, 28 de mayo de 2012

Ganas

Empezaba la semana con la resaca de Sevilla a nivel muscular y del sistema nervioso, a lo que hay que sumar exámenes, presentación del TFG, entrenamientos y algún que otro compromiso social. Por suerte el martes pudo venir Miguel Ángel a darme un masaje de descarga en las piernas, de esos que se sufren más que disfrutan, pero efectivo.

Y entre medias alternando largas sesiones en la biblioteca con otras extenuantes de trabajo de ordenador y libro, con el proyecto de fin de carrera. Todo hubiese sido más o menos normal de no ser porque el martes por la noche envié el borrador a mi tutora... y prácticamente me lo destruyó. De 35 páginas (que es corto porque el mínimo son 40) creo que quedó el paginado y poco más. No puedo expresar lo que sentí en ese momento con palabras. Pero fue más o menos, como si te tiraran un camión de tierra encima. No voy a decir que no tuve ganas de llorar, porque fue así. Corregir 35 páginas de trabajo... Y contrarreloj. Estudia. Entrena... Y muere.

Los primeros 20 minutos me dieron ganas de mandarlo todo a tomar por culo. Que le jodieran a todo y ya lo presentaría en junio. Pero luego me di cuenta de que la única solución era ponerse a currar como un hijo de puta. Y así fue mi mañana, que pasó de ser entrenamiento + biblioteca a trabajo en casa de 9.30 a 14. Después entrenar a primera hora de la tarde y estudiar hasta las 8 de la tarde en la biblioteca. ¿Cómo? Cafeína en grandes dosis. Y así me he tirado los últimos 4 días. Metiéndome una media de 3 cafés al día y 1 ó 2 redbulls o similar. Lo sé. Algún día de estos me va a dar un chungo y me van a tener que llevar con pala.

Pero bueno, si acabara en eso... Llega el viernes y a los exámenes y el estudio hay que sumarle el curso de Entrenador Superior de Natación en Madrid (o sea, otras 2h de viaje, 1+1). Y si tienes en cuenta los horarios del curso, el tiempo de viaje, llegar a casa... y la fatiga acumulada... Pues te da la maravillosa cifra de que en los últimos 4 días he dormido entre 5 y 6 horas cada día. Hay que sumarle también que son las "ferias del barrio de Palomarejos" (donde vivo yo en Toledo) -para que luego digan que Talavera es un pueblo, allí tenemos Ferias no "ferias por barrios"...- o sea, mucho ruido y problemas para dormir. Así que sí, estoy hecho polvo. De entrenar no hablamos... ¡¡Hoy voy a pegarle una paliza a la cama chica!!

Por lo menos el curso está hecho, y sólo hace falta hacer las prácticas y la memoria y listo. Ya os iré contando, porque hoy no tengo ganas de escribir pero sí cosas que contar.

¡Un saludo!

lunes, 21 de mayo de 2012

Sevilla

Hace dos días estuve en Sevilla, en el XVI Triatlón de Sevilla, patrocinado por Orbea y Orca, dos marcas que me apoyan a través de la tienda de Talavera Ciclos Keway, con José Giner. Una oportunidad para demostrar el nivel que poco a poco voy adquiriendo y conocer personalmente a todo el Staff de Orbea, así como a la organización del Triatlón de Sevilla con Nieves Infante a la cabeza. 

El sábado salimos Joaquín y yo desde Talavera y llegamos a la hora de comer. Nos alojamos en el Hotel Barceló Renacimiento, a escasos 200 metros de los boxes de la prueba. Una organización espectacular para dar cabida a los 3000 inscritos de las diferentes categorías. Dentro del mismo, un expo del triatleta con diferentes Stands (Orbea, Infisport, K-Swiss, Blackberry...) y la recogida de dorsales. 

Las primeras horas fueron algo extrañas, conocimos a Jokin Díez en persona después de que nos gestionara todo el tema de inscripción y alojamiento para el triatlón, y después "éramos libres" de hacer lo que quisiéramos. Fuimos a revisar las bicis de la mano de los mecánicos oficiales Álex y César y después intentamos rodar por el circuito. 100% urbano y abierto, como es lógico. Así que dimos una vuelta y con los huevos en la garganta volvimos. ¡Qué miedo! Por lo que decidimos correr alrededor del parque Isla Mágica ante las curiosas miradas de un mogollón de heavies que esperaban para ver un concierto. 

Lo que se encuentra uno en Sevilla. ¡¡El toro Arazola!!
Ducha y paseo, curioseando por el hotel, y ahí fue donde conocimos a Jon Coloma, brand manager de Orca. Después estuvimos cenando en el buffet del hotel. Mil millones de platos nos comimos, bueno, yo alguno menos. Y a descansar para la prueba que era al día siguiente. El horario, las 4 de la tarde y con el calor sevillano, la prueba podría convertirse en un auténtico horror. Sin embargo, refrescó y llovió por la noche y las temperatuas fueron bastante suaves. Por la mañana tuve que desayunar fuerte. Muy fuerte, tanto que acabé casi con ganas de vomitar, pero era lógico porque no iba a comer más que un par de plátanos y una manzana. 

Mañana de relax y paseos, viendo la competición de acuatlón de los infantiles y preparando el material. A las 13.45 a dejar el material en boxes y a las 14.30 calentando. Pero cosas que pasan, que cuando vas más relajado y con más tiempo es cuando no puedes hacerlo. Así que después de un trote de 25' fui a nadar... pero no pude hasta las 15.30, 15' de calentamiento: nado suave, estilos, algo de velocidad y fuera. Cámara de llamadas y a la salida.

Algo caótica, con una barca que se echaba cada vez más encima de nosotros y estrechaba la salida. Los típicos golpes de la salida y a pasar gente como un descosido. Dos vueltas que no eran completas, gente doblada en la segunda vuelta y una cagada bíblica que pasará a los anales de mi historia personal. Porque después de hacer una natación bastante buena, perdí en los últimos 50 metros alrededor de 1' y el grupo bueno de la bici, aunque no conseguirían contactar con los nadadores de cabeza, en el que iba Pedro Lumbreras. No voy a entrar en detalles que ya me escuece bastante. La cuestión es que Samer sólo me habría metido 1'. O lo que es lo mismo, el mismo tiempo de Gandía pero en el doble de distancia. Para el caso... salí el 17 y encabronao' a tirar como un descosido en bici sin conseguir nada más que mantener con el segundo grupo de bici que había perdido. 

Recorrido urbano y limpio hasta la 2ª vuelta (de 4) donde los doblados empezaron a ser demasiados y las referencias con los de adelante se perdían entre los grupos. Seguíamos trabajando bien pero sin conseguir recortar. Y cosas curiosas, casi me saca de punto un tándem, dos tíos a 50 km/h en llano y con el viento en contra cuando nosotros (que no íbamos suaves precisamente) íbamos a a 42-43. 

Podio sub23 con Bruno Raso y Javi Iglesias (no es él).
Al final me bajo a correr a 3' de cabeza y 1'30" del segundo grupo. Sin ninguna referencia. De la T2 sale Edu Moreno, del AD Sevilla rápido, pero poco a poco le recorto y le cojo. Tres vueltas más a un circuito corto de asfalto, y en la segunda se vuelven a perder referencias por el resto de competidores. Motivación 0. Casi bajando los brazos. Me coge de nuevo Edu y me animo algo, él se queda y yo sigo para adelante. Al final entro y 2º sub23 pero algo desilusionado después de la cagada. Aún así contento por la progresión nadando y haber marcado el parcial a pie pese a ir totalmente desmotivado (32'27", algo corto el 10k). 

Joaquín consiguió ganar en Sprint ya que el olímpico se le quedaba largo y ganó sobradamente, pese a que dice que lo pasó mal, jaja. 

El próximo reto será la Liga de Clubes el 2 de Junio en Valencia, con el objetivo de ascender a 2ª división con el club. Madrid descartado por el curso de Entrenador Superior de Natación. Así que veremos cómo se desarrollan estos días con exámenes, el TFG, entrega de prácticas, cursos y entrenamientos. ¡¡Difícil!! Pero intentaremos llegar a la liga lo mejor posible antes de descansar casi totalmente de 4 a 7 días para afrontar con garantías los entrenos y competiciones de verano. 

Desde aquí quiero dar las gracias a todo el Staff de Orbea: Jokin, Jon, Jorge, Álex y César. Así como a la organización del Triatlón de Sevilla, especialmente a Nieves Infante por las gestiones que hizo para meterme en la primera salida y la de todos los voluntarios. 
Del mismo modo, agradecer a Ciclos Keway y José Giner el patrocinio gracias al cuál he vivido esta gran experiencia. 


¡Mil Gracias!

sábado, 12 de mayo de 2012

Uno paso adelante, dos para atrás

Si digo ahora mismo que tengo una carga alostática demasiado alta, a más de uno le sonará a chino.

Es normal. Ya que es un concepto no muy extendido aún entre este mundillo del triatlón, pero que sin embargo tiene que ver, y mucho, con la adecuada planificación de las cargas. Una cuestión bastante escabrosa para los entrenadores de la vieja escuela que basan sus entrenamientos en un volumen demasiado elevado unido a una intensidad alta del mismo. Antes de nada, este tema lo trataré más en profundidad en el otro blog cuando tenga algún rato libre (y teniendo en cuenta que estamos a final de curso, puede ser que hasta junio no lo haga). 

La cuestión es que la alostesis podría catalogarse como uno de los primeros pasos del sobreentrenamiento, ya que los ciclos hormonales sufren alteraciones, los entrenamientos no se asimilan y se producen cambios a nivel psicológico (agresividad, bipolaridad, hastío, pocas ganas de entrenar...). Del mismo modo el sistema inmunitario se debilita y el deportista es más propenso a las enfermedades, especialmente, de las vías respiratorias. 

Bien, a lo que iba, hemos estado jugando demasiado tiempo en una delgada línea roja, el límite al que puedes someter al cuerpo y a la mente durante un periodo de tiempo prolongado, y una vez llegado a ese punto, o dejas recuperar al cuerpo o el cuerpo te va a forzar a que pares. Una de las variables más importantes es el descanso, quizás por mi condición de estudiante tenga "más fácil" esa faceta (no lo veo yo tan claro, echando una media en la universidad por día de 6 horas con algunos de más) y descansando como el culo gracias al cab*ón de mi casero que compró los colchones en el mercadillo. En ese punto me encuentro ahora mismo. Falta descarga y descanso, y es algo que he notado que se ha generalizado en el grupo de entrenamiento durante la última semana, a lo que hay que sumarle un cambio brusco en las temperaturas, pasando de los 30º, que produce la no-aclimatación del cuerpo. 

Resulta bastante sencillo olvidar los principios fisiológicos referidos a la regulación y a la homeostasis biológica post-competición: +24h fatiga muscular/periférica, +48h fatiga del SNC; o lo que es lo mismo, estás hecho pisto. Por lo que un microciclo de Ajuste o de Recuperación de 2 ó 3 días se hace imprescindible para afrontar con garantías el siguiente microciclo de Carga, y no basta con un día "regenerativo".  

La cuestión es que si entramos a cargar sin haber recuperado, y con las reservas funcionales mermadas, no vamos a ser capaces de asimilar el entrenamiento, y muchas veces, nos veremos obligados a "parar en seco". Es por ello por lo que, después de dos semanas compitiendo (Gandía y Soria) y realizando los entrenamientos al pie de la letra, llegué al límite. Sí, al límite en el mes de Mayo. De manera que ahora auto-regulo los entrenamientos en función de las clases, que se encuentran en el sprint final, y de las sensaciones de mi cuerpo. 

El jueves en la pista sobrepasé la línea con creces, pesado, cansado, con un dolor de piernas infernal, sin sensaciones y con unos tiempos horribles, y aún así, forcé. La respuesta me la dio el propio organismo el viernes y me obligó a descansar. Algo que no es ni mucho menos bueno, teniendo en cuenta que Sevilla está a una semana. Y como yo decía, noto que falta descanso, independientemente de la planificación de cada uno, es una sensación extendida entre todos, por ello, después de la Liga de Clubes (02/06) voy a tomarme una semana de relax en la que haré, única y exclusivamente lo que yo quiera (y probablemente también tenga que prepararme la defensa del TFG). 

martes, 8 de mayo de 2012

El diccionario del Diablo

He intentado que pasaran unas horas después de la competición para ser objetivo, aunque todavía me dura la "mala follá". Y como voy a intentar ser objetivo, omitiré, a grandes rasgos, la crónica de la carrera y pasaré a hacer directamente una valoración de la carrera y de los condicionantes que intervinieron en ella. 

Darlo todo... para nada...
Del agua no salí mal del todo (10º), aunque con 400 metros a favor llegamos demasiados a la boya. También puedo dar fe por experiencia, de que ha sido una prueba con un nivel altísimo, pero de hijos de puta por metro cuadrado, todo ello en el agua. Me explico. Entiendo que puedas dar a un rival una collejilla o dos, que le muerdas los pies, pero lo que no entiendo es que te agarren del hombro y te hundan, que te agarren de los pies y te tiren para atrás o que te tiren de la cremallera del neopreno o que vaya un tío haciendo delfines por las piedras remontando el río y se te tire encima. Jamás me había pasado eso y llevo ya unos cuantos años compitiendo. Además de eso un par de patadas en la boca, pero bueno, eso pasa a ser una cosa normal. 

La bici en tierra de nadie y esperando para nada. Ahí lo dejamos. No quiero ni recordarlo. Una pena que se me escapase Luismi Sánchez Rosado, ya que él sí contactó con los 4 que iban tras Rodrigo y Salamanca

Y la carrera a pie totalmente desmoralizado, a 3' de cabeza y a 2' del grupito. Correr para nada. No me dio tiempo a coger a nadie, el único, Alvarito, el junior del Tritoledo que se me quedó a 5".

La cuestión es que para bien o para mal corrí. Haciendo sólo 8" más lento que el año pasado después de haberme comido una bici totalmente sólo y con dos a rueda. Así que ahí hay motivos para sonreír, aunque no quiera hacerlo. Sin duda, eché de menos los relevos del año pasado de Luis Rin, o cualquier tipo de relevo no pesetero. En fin, son cosas que pasan, y todavía no la había cagado este año. Imagino que Alberto Hernández estaba en la misma situación al hablar con él después de la carrera. No todo es perfecto y hay que aprender de las derrotas más que de las victorias. 

Se me acaba la vida universitaria... snif snif...
Quizás acusase el esfuerzo de los últimos días, jueves maratoniano en la universidad (10 a 18), cena con los profesores, acostarse tarde, levantarse pronto, el viernes volver a Talavera, la entrevista en la radio con Junior Blázquez y los chicos del club, las tensiones que tuvimos al denegarnos temporalmente el permiso del triatlón, entrenar, hacer las bolsas del corredor, el sábado de nuevo más compromisos: entrenar por la mañana y la graduación de la carrera por la tarde, los viajes a Toledo... y sumarle que el domingo a las 7 arriba para ayudar a montar las cosas del triatlón. Todo suma por desgracia, y aunque no quiero que eso sirva, en ningún caso, para excusarme, hay que saber que también cuenta.

La realidad es que, aunque la natación de Talavera no es significativa, hay que mejorar nadando, al menos, para que las diferencias con los de cabeza se reduzcan a la mitad. Algo extraño. Porque las diferencias entre Gandía y Talavera han sido prácticamente las mismas con Salamanca, pero las sensaciones un millón de veces mejores en domingo... la diferencia fue Iván Cáceres, jaja. También hay que decir que todavía no la había cagado esta temporada como ya pasó el año pasado y el anterior en Pedro Muñoz, ya he cumplido cupo, esperemos. 

Ahora quedan algunas semanas duras, casi más en lo académico que en los entrenamientos, aunque no quitemos importancia a éstos. La Memoria del Prácticum está casi terminada y el TFG igual. Me quedan algunos puntos, quizás los más largos, pero también los más fáciles. También exámenes y el curso de entrenador nacional de natación el 25 y el 26 de mayo, por lo que Madrid queda tachado del calendario. Veremos qué pasa también con Sevilla, que hay demasiados flecos sueltos... 


Y aquí la canción que da título a la entrada...