miércoles, 14 de septiembre de 2016

Explosión de autocríticas

Diez días después de una explosión que se llegó a escuchar en Pekín, escribo el que si no es el último post de la temporada, será el penúltimo.

Campeonato de España olímpica, con más nivel que nunca, muy en la tónica de los últimos años, donde entrar entre los 50 primeros ya es complicado, con una natación rapidísima, liderada por nadadores que luego se desinflan pero que te dejan la carrera sentenciada. 

La realidad del triatlón es así, o nadas como un hijo de puta, o te puedes ir para tu casa y que te den un besito de buenas noches. Aún así, llegaba con los entrenos de los Alpes (y también con un ciclo de 3 días de natación en 24 días) y el 3er puesto de Cuenca... y 3kg menos a consecuencia de lo primero. Quizás podría hacerlo bien, y porqué no mejorar el puesto 29º de hace un par de años. Pero la realidad fue otra. 

Porque si sales de nadar con los que sueles nadar pero no eres capaz de correr rápido en la T1, se te escapan. Porque si no te abrochas el casco a la primera, se te escapan. Y porque si te montas en la bici y no eres capaz de sufrir tres jodidos minutos, definitivamente, se te escapan. 

Y hasta ahí la carrera. Porque ese grupo se bajó relativamente adelante. Y porque si te pegas dos vueltas y media con otro corredor, a relevos, te has vaciado. Y luego corres sí. Dando, como dice Omar, "penasco". Acabas destrozado, cocido por el calor, con los pies reventados y preguntándote qué hicistes mal...

Y fueron muchas cosas. 

Este año he conseguido mantener un nivel bueno compitiendo porque he estado en un peso estable de 66-67kg, y metiendo, mínimo, una sesión de fuerza máxima a la semana. 

Sin embargo esto no pude hacerlo en los Alpes. Y adelgacé, demasiado, y con menos porcentaje de grasa corporal no flotas igual, y no nadas igual porque tu posición en el agua no es la misma. 

Te quedas sin fuerza, porque no es posible "comerte" únicamente grasa, también "te comes" músculo, eso que me había estado salvando la temporada haciendo unos volúmenes medios semanales de 15-120-40. 

Pierdes fuerza porque no lo has entrenado en mes y medio. Ni si quiera "tiras" bien en dominadas. 

Con esa pérdida de peso empiezan a aparecer dolores. Algunos que no habían aparecido en pretemporada: mi amiga la fascitis y después subiéndose al bíceps femoral, y otros que nunca se habían presentado (hombro). Ni el gimnasio te lo apacigua. Ni los estiramientos. Ni el phyisiorelax. Ni el fisio. Ni el cómpex. Nada.

Y en esta tesitura te das cuenta que quedan 10 días para el campeonato de España y tus últimas 3 semanas han sido una basura: una no has podido correr porque las heridas de Cuenca de los pies no te dejan, otra sigues en la mierda y empiezan a aparecer dolores y en la última directamente, no puedes casi entrenar. A los mil metros nadando el dolor se hace insoportable. A los 30' corriendo vas medio cojo, quizás cambiando la pisada duela menos, o metiendo alguna serie rápida. Pero ni lo rápido es rápido, ni el dolor desaparece. 

Es en ese momento cuando te das cuenta de que, por unas u otras cosas, la has vuelto a cagar, y llegas a la competición más importante del año, hecho una puta basura

Pero acabas. En una posición de penasco, la 70º, que sabes que no es la tuya, que no hace justicia a la temporada que has hecho, pero que, como dijo Jodorowsky:
"Las cosas son como son, sufrimos porque las imaginamos distintas". 

Así que otro año será...