miércoles, 27 de diciembre de 2017

El nombre del silencio

Desde la última actualización han pasado algo más de tres meses y hasta hace algo más de 15 días no he empezado a recuperar la vida. Han sido meses muy jodidos, de mucho estrés y en los que he vivido entre dos mundos: el curro y la biblioteca. 

Días en los que el despertador sonaba a las 7.45, desayunaba en 15' y trabajaba en el ordenador de 8 a 9.15, curraba de 9.15 a 11.15 y me metía en la biblioteca hasta la hora de comer. De ahí a comer en una hora u hora y media, y aprovechar para recoger la casa, poner lavadoras o limpiar, para estar de nuevo a las 16 en la biblio hasta que tocara volver a currar. 

Sin entrenar, más de lo estrictamente necesario o posible (¿40' al día?) y acabar de joderme el aquiles por culpa de la posición de mis pies al estudiar. Consecuencia directa, tendinosis aquilea, y sin poder correr, y algunos días casi ni andar. Después de eso, un periodo lento de recuperación, casi un mes, en las que las sesiones de fuerza han sido prácticamente lo único que he hecho.

Luidgi, Héctor, Alber y yo, en el Real
Todo hasta el día dos de diciembre, fecha del examen de la oposición. Ahí cambio todo y me di cuenta de lo duro que se hace volver a entrenar. Volver a coger la rutina, entrenar 7-10-14 días seguidos, volver a subir en la bici, las series nadando y acumular fatiga. La sensación de pesadez de las piernas y el dolor muscular, hasta las agujetas al bajar las escaleras.

Poco a poco todo ha ido volviendo a su orden. Ahora, con algo más de tiempo libre, y con la cabeza puesta en la siguiente fase de la oposición, me he vuelto a sentir triatleta, con todo lo que ello conlleva, aunque me sobran kilos, síntoma de que el tiempo no pasa en balde. Si me preguntan si este impass ha sido correcto, sin duda, diría que sí. También me ha servido para desconectar, después de unas cuantas (y largas) temporadas casi sin parar, me ha enseñado a verlo todo con perspectiva y para ganar fuerzas para seguir creciendo.

Han venido las navidades y con ellas, algunos entrenos típicos. Las series de Nochebuena, este año con la compañía del tito Luidgi y Héctor, las atípicas cañas de este año, y pensándolo en frío... Otro año más que se pasa de un plumazo. Sin pestañear. Casi todavía estábamos lamentándonos de haber palmado el examen en enero y ya tenemos un  aprobado en diciembre. Todavía queda mucho camino por recorrer hasta el final, pero el primer paso está dado.