lunes, 6 de agosto de 2018

La cresta de la ola

¿Gordo de qué? ¿eh?
Se ha acabado el mes de julio, y, por ende, he finalizado un capítulo importante de mi vida que comenzó hace casi dos años. Dejo Arroyomolinos, el club y el pueblo, y comienzo un mes que a priori será más tranquilo en cuanto a trabajo, con vistas a empezar el día 10 de septiembre en Ávila. 

Desde el "fin" del bloque competitivo de junio y julio, han pasado unas cuantas semanas con algunos entrenos buenos, además, he tenido la posibilidad de volver a entrenar con el grupeto de Talavera, y eso siempre te da un plus. El tito Luidgi, Hectorete, Perales, el tigri Sagan, Alarza, los ciclistas... siempre hay con quien entrenar, o con quien coincidir aunque sea sólo para tomar un café y planear los siguientes días de entreno. 

Después de Banyoles y un rendimiento mediocre, he tenido un par de semanas bastante buenas de carga, acumulando trabajo en las zonas 1 y 2, con vistas a meter un mes de agosto potente en intensidad y volumen para llegar con garantías al campeonato de España de La Coruña. Quizás, el día de inspiración y de mayor rendimiento fuera en el que hicimos la subida de la Boca del Lobo con Luis, Josete y Mario, y en el que llevaba el golpe de pedal fino, pude pestosearles las 4h de ruta
y me empezaba a ver fuerte para Agramón, pero casualidades de la vida, la semana siguiente empezaron a "surgir cosas" que te descentran y hacen que no entrenes como deberías, rematando con un par de días de fiebre... Aún así me recuperé, y sin darle mucha importancia, al día siguiente 120km de bici con la grupeta, completando con Franki y por la tarde me ajustició el enano-cabrón corriendo. Bien. Pues el lunes con una tendinitis de cojones en los tendones de Aquiles. Recordad, las Pegasus no están hechas para correr a 3'15" 3km...

Y eso me ha llevado a hacer una semana de mierda de entrenos, en la que si además sumas rematar la mudanza, despedidas varias y adelantar el curro atrasado te lleva en volandas a hacer una competición como la semana. De mierda. El sábado Agramón, natación sin sensaciones, bici sin fuerza y sin watios (no entiendo por qué se desconfiguró) y la carrera totalmente KO. Hay que sumarle que, como dice el gran Omarete, soy "unlucky Arri", y al acabar la bici, entrando el pueblo me picó una avispa en el cuello. No es excusa porque ya iba totalmente reventado, pero coño, manda cojones. Corrí con miedo, ya que hay veces que me dan reacciones fuertes y se me empieza a hinchar la zona, y mi mayor temor era que pasara eso y se me bloquearan las vías respiratorias. Por suerte no pasé nada... eso sí, me pegué un post meta cojonudo sentado en la carpa de Cruz Roja (y decidieron no pincharme). 

Por la noche T3 con mis Bodegas. Lo necesitaba totalmente. Domingo viaje de regreso a casa, y hoy, empezamos nueva etapa, con más libertad y menos curro, que el descanso también es necesario.

Fotos, Carlos Asensi.

miércoles, 11 de julio de 2018

Páginas

Esta semana acaba un ciclo de 6 semanas fuera de casa (total o parcialmente) que arrancó con el Campeonato de España de Triatlón por Parejas y Supersprint por equipos en Águilas y que no despejó nuestras dudas sobre la permanencia en primera división para el año que viene. 

El sábado competi por parejas junto con Juanra, y el domingo, como dicen los gañanes, "buena sagatina". Conseguí meterme entre los 25 primeros de mi salida y estar en la salida de la final, pero meterte dos supersprint en una hora no es sano para la salud de ningún organismo vivo, y la segunda ronda fui totalmente fundido. 

El finde siguiente clasificatorio de Cáceres, con un circuito duro en bici y donde veía que podía clasificarme con bastantes opciones, pero, ¡ay amigo!, todos los que se apuntaron a última hora... De todas formas, lo que más me mató fueron los cerca de 2km de natación que nos clavaron (y que nadé totalmente de ojete). En la bici di mucho la cara, aunque dentro de los watios establecidos (302w de NP) y a la hora de correr las cuestas abajo del casco histórico me fustigaron, así que de ir totalmente flaman hacia la clasificación, pasé a estar rezándole a Aláh tirado en el suelo. Al final me repuse y acabé, muy mal, muy tocado, y rabioso. Los vastos internos me petaron como dos palomitas en un microondas, y aquí la anotación mental: "Debo ir al fisio, debo ir al fisio, debo ir al fisio...". Si compites mucho, descansas poco y no te cuidas, te pasan cosas así. Mea culpa. 

Esa semana fisio en Móstoles, punción seca y algo mejor, sin estar totalmente bien.

Siguiente finde a Alcalá de Júcar. Por primera vez noté que nadaba bien en la temporada, aunque pagué el haber sido un cagón en la salida, saliendo cuarto del agua a 20" de Óscar y Alberto González Gil, no obstante en el primer kilómetro ya los había cogido. Fuimos a relevos a tope intentando coger a Javi Lluch y que Ferrando no enganchara por detrás. Pero enganchó a final de puerto y después no nos entendimos, y en un palo, cedí. Así que sin fuerzas, me puse a mis watios y conseguí mantenerles hasta el final de la bici donde les cogí en la transi. Al final tercero, aunque con molestias en los vastos... (seguimos jodidos). 
Ocho días después, regional de Cózar. Otra natación buena y una transición rápida me incrustaba en el primer grupo (a excepción de tres escapados que cogimos en el km8 más o menos). La carrera a pie jugándonos los puestos entre Perales, Alberto González Gil y yo. Una cagada en la T2 me dejó demasiado atrás y la importancia de los segundos pesan. Alberto primero, Perales a 5" y yo a 3" de Fran. Subcampeonato de CLM de Sprint. Ni tan mal. 

Siguiente semana de puesta a punto y de hacer poco, con un viaje programado a Valencia con los amigos y reset mental. Sé que no era lo mejor, pero "era lo que había". 

Y el finde pasado, Campeonato de España de Triatlón Sprint y Acuatlón. Viaje larguísimo hasta Bañolas con Óscar e incógnitas sobre cómo estaríamos. 

Sábado pasado por agua, que auguraba carrera de supervivencia. Natación cojonuda hasta la segunda boya, de hecho me doy cuenta de que voy a pies de Héctor por el gorro y el mono (y el pendiente), pero de ahí en adelante empiezo a perder fuelle y pierdo hasta los pies de Javito en los últimos 50m antes de la transición. Los errores se pagan. Y no fui capaz de entrar en ese grupo, que a la postre entraría en el grupo de cabeza. Para colmo de males, casi talego dos veces, y fui totalmente cuadrado toda la bici. Salvé la caída, pero la cabeza no funcionaba. Carrera muy lejos del grupo de cabeza y de hacer un puesto decente... Domingo casi sin fuerzas el acuatlón, y toda la buena natación del sábado se fue al carajo el domingo. Nadé estrepitosamente mal y remonté algo a pie. En mi línea, seguimos siendo élite de relleno.

Dije que no me iba a obsesionar con los resultados de este año, que lo importante ya estaba hecho, que era aprobar la oposición, y es totalmente cierto, aunque siempre quiera más. De ahí el sabor agridulce del último fin de semana. 

Ahora unas semanas de entrenamiento entre Arroyo y Talavera y el día 31 cerraremos otro capítulo de mi vida. Dejamos el trichalete y volvemos a casa 5 semanas antes de incorporarnos a Ávila.

domingo, 27 de mayo de 2018

Ad Augusta Per Angusta

Un mes da para mucho...

Después del rebote del no-triatlón de Talavera, y de hacer algunas declaraciones para la radio en el programa de Junior, tocaba centrarse en lo importante. ¿Qué es lo importante? Pues los psicotécnicos de la escala básica de policía que eran -vaya coincidencia- el mismo día que la Copa del Rey de Triatlón. La semana fue muy suave en cuanto a entrenos y muy fuerte en cuanto a horas en la biblio, no tanto en volumen, sino como en intensidad. Y las consecuencias, ese estrés maldito, y la ansiedad que he tenido entrenando de todas las formas y colores. Sí, nunca me había pasado, y no, no se me van a caer los anillos por admitirlo. 

Total, que llegó el día previo a los psicotécnicos y a la copa. Dejas todo preparado, te metes en la cama, duermes poco y mal, vas al examen hasta el culo de cafeína, lo haces, sales con buenas sensaciones, recoges a tu compi de equipo Curro y salís los dos cagando melodías a Águilas. Comimos deprisa y de pie, en diez minutos en una gasolinera de Hellín. Llegamos justos allí para que él compitiera en open, a las 17.15 y yo pude ir a "descansar" 30' al albergue, ya que salíamos a las 19.54. Preparar las cosas, pasar los controles, calentar poco y mal... Y sufrir las consecuencias en la carrera.

Creo que nunca me he sentido tan inútil nadando, descolgándome antes de llegar a la primera boya y remando a contracorriente todo el tiempo. Hasta el pobre Romo tuvo que venir a empujar al saco de mierda flotante que era en ese momento. En la bici, ni un relevo, bastante tenía con aguantar, con Álvaro y Severo protegiéndome. Y corriendo, fue lo único que hice medio dignamente, empujando a Óscar que se pegó la bici entera junto con Romo. 

Prom. XI INEF Toledo, el gran Samu.
Al día siguiente seguía sufriendo las consecuencias del estrés del día anterior en el relevo, y también la mala suerte. Nadé como un leño y talegué en bici. No sé muy bien cómo, pero tengo la impresión de que uno de los pies se me fue (había metido un pie dentro de la zapa y el otro por encima) y contra el suelo. Dolió, la cadera izquierda, hombro derecho y el pie izquierdo reventado. Aún así acabé, cagándola, porque perdí 8 puestos y unos puntos valiosísimos para el club... pero acabé. Después el pie se me puso como una bota, esguince y un dedo del pie que aún me molesta. 

Semana siguiente a Fuente Álamo, en la que lo único que hice fue pesas y nadar, y 20' corriendo muy suave el viernes. Y ese viernes fue la bendita noticia: oposición aprobada, en septiembre a Ávila. 

Fue una sensación extraña, y salió todo el estrés de este año más los dos años anteriores. Grité, lloré, me llamaron veinte personas... el teléfono ardía. Después viaje a Albacete, cena con los Brownlees de Harvardcete y al día siguiente Fuente Álamo y Bodegas. Había que celebrar cosas. El triatlón fue lo de menos. Salí mal del agua, esta vez, por la rotura de las gafas, y la bici a degüello, ya que no sabía si podría correr o no. El resumen del triatlón fue que me lo pasé bien, el puesto, 19, creo, pero con buenas sensaciones. 

Y después, celebraciones varias y un par de semanas de entrenos buenos que concluyen hoy, de cara a las 4 semanas de competiciones que vienen por delante. Visitas de buenos y viejos amigos, salidas de bici con locos de la bici, barbacoas un lunes y mucho, mucho sufrimiento. Porque si dices Fernando Alarza hablas de un crack mundial, pero también de un amigo, y a la vez, es sinónimo de que vas a llegar a casa haciendo eses. Así fue. El sábado 19 salida con la grupeta con un Casti totalmente engorilado, domingo salida con otros cuantos bestias y completando con Fer hasta las 3h30'. El lunes barbacoa de celebración/despedida con los Triarroyitos, y se portaron como lo que son, unos cracks de personas, se los echará de menos. 


La siguiente semana, dura de natación, con 25k programados. Pero... ¡ay amigo!, si te encuentras con el bicho... pues bicheas. 

El sábado nos dio un buen correctivo al tito Luidgi y a mí, y hubo risas varias cuando no entendí el entreno que íbamos a hacer. Calentamiento de unos 20', y luego 1x30' y luego otra de 1x5'. Bueno, eso era lo que entendí yo. Lo que realmente había era 1x30' y luego 6x(5' + 5' suave). Así que cuando se acaba la primera serie y digo "ya está hecho" se empezaron a descojonar. Normal. Lo único que podía hacer era agarrarme como pudiera a la rueda, y ver cómo las watios subían y subían, proporcionalmente a mi dolor de patas. No somos conscientes de lo que andan los tíos ITU hasta que te aprietan un poco en la salida de una rotonda... y ves picos de 800 y quieres llorar. Literalmente

Luidgi, ¿qué hicimos para merecer esto? Jaja

Por la tarde la idea era ir a correr, pero me animé a ir a nadar con el bicho... y sí, me volvió a hacer tabaco por segunda vez en el día. Casi poto, y eso que yo iba con palas y aletas. A la salida heladito con el tito Luidgi en la Jijonenca, y visitas familiares varias. 

Y por fin, hoy, día a priori fácil, de rodar largo y ya... Piélago rellenando por la Pueblanueva, con Franki "La perla" Perales y el bicho, y otra serie de 20' fuertecita a rueda, hasta que peté. Sumando otros 104km con 1300 positivos. 

Mi dolor de patas sólo es comparable a la felicidad de haber aprobado. 

lunes, 30 de abril de 2018

La sombra de Triatlón de la Cerámica

Como ya escribí en las RRSS, el triatlón de Talavera fue el último y bochornoso capítulo del circo en el que se está convirtiendo el triatlón en los últimos tiempos. No podemos decir que sea nuevo, pero tampoco debemos permitirlo, ni mucho menos, mirar hacia otro lado, ni escudarnos en el "es que lo estaban haciendo todos". 

Para entender esto último hay que partir de un punto básico, y es el de la educación. Muchos dicen que a los triatletas que competimos, a un nivel medio, como el que escribe, como en el más alto, Alarza o  Arévalo, nos ha forjado el carácter el Tajo. Quizás sea así, o quizás compartamos una serie de valores que en nuestra actual y decadente sociedad se está perdiendo. Y de ahí mi enfado, mostrando la rabia y la impotencia de querer correr en casa, querer hacerlo bien y que por decisiones, no se tome. 

Lo primero, aclarar, que los primeros responsables somos "nosotros", como competidores y triatletas, los responsables del escarnio que se vivió ayer por la mañana. "Somos" los únicos culpables de no respetar las normas, pero, desde luego, no los únicos. 

Aclarado este primer punto. Vamos a ver qué fue lo que pasó ayer (y en días anteriores).

PRECEDENTE: 
Siempre que se ha hecho el triatlón de Talavera, o al menos en las últimas cuatro ediciones ha llovido y el río ha llevado corriente, por lo tanto, no es algo nuevo para ninguno de los estamentos de la prueba: Corredores, Organización, Jueces y Empresa de Cronometraje. 

Durante los días previos se veía, sabía y no había que ser Stephen Hawking para saber que el río iba a llevar corriente, fuerte, pero perfectamente nadable. Por lo tanto, que me lo diga alguien sin estar dentro del agua me toca mucho las narices.  

EL MISMO DÍA:
Consecución de errores de todas las partes.
- Los jueces llegan a la prueba entre las 9.30 y las 9.45, es decir, casi después de lo que lo hacemos los competidores.
- Los bomberos llegan con la zódiac a las 10.30 por orden del Ayuntamiento (tarde).
- La organización no contacta con el club de piragüismo Talak para tener asistencia dentro del agua (principalmente porque no iba a ser necesario, ni tampoco diseña un plan de contingencia). 

Hecho este inciso continuamos con el desarrollo de los acontecimientos.

Me tiro al agua a calentar a las 10.45, nado un poco, me salgo, me vuelvo a tirar y salgo nadando hacia la isla desde donde se iba a dar la salida. Antes de llegar a la altura de las boyas de salida me paran otros 3-4 competidores y me avisan de que los jueces nos están sacando del agua. Incomprensiblemente, bajamos por el río hasta salirnos del agua. Allí nos sacan de la orilla y de una manera improvisada se hace una charla técnica sobre la modificación del recorrido y se llega a hablar de suspender el segmento de natación por la corriente. 

Todo esto sin tener un megáfono y sin escuchar absolutamente nada.  

Cuando tienes cara de gilipollas
Atónitos seguimos fuera del agua. Son más de las 11 de la mañana (es decir, ya llevo 20' a remojo y totalmente pasmado por tener que estar quieto en la orilla). Vemos cómo los bomberos cambian las boyas de sitio. Esa decisión sigue sin convencer a los jueces. Vuelven a cambiar las boyas. Ya son las 11.10. Nos meten en el agua. Volvemos a ver un tercer cambio de boyas. Estamos cerca de 15' esperando a ver qué cojones pasa. Nadie dice nada. Hace frío y estamos temblando todos. Nos intentamos distribuir por la orilla, pero el talud y las piedras hacen imposible permanecer flotando sin movernos y alineados. Pasan los minutos, nos advierten que nos echemos para atrás en un hueco inexistente. Y como suele pasar, de repente y sin previo aviso, la bocina. Esto ocurre sobre las 11.25, es decir, llevo parado, mojado y casi hipotérmico cerca de 45' gracias a una serie de horribles decisiones.

El resto, se puede ver en el vídeo. Me peleo cerca de 2' con gente que está acortando en la boya y que se me echa encima desde la izquierda atajando. Cuando consigo dar la boya la cuerda casi se me enreda en el pie derecho. La gente se agarra a ella y se desplaza. 

La sensación de hacer las cosas legales es de SER GILIPOLLAS. 

Y como le decía a Carlos Asensi en meta "nadie se ha saltado la boya". La realidad es que empiezo a pasar a grupos y grupos en el cerro negro que no hacen ni el intento de seguir la rueda, ¿nivel o más bien remordimientos por haber hecho trampas? Los que me conocen saben que prefiero quedar el 80º a hacer trampas, y ayer, tuve que salir cerca de esa posición en el agua. 

El resto de la prueba, casi anecdótico. 

Y ahora las cuestiones principales:
¿Cómo se plantea suspender la natación a la hora de inicio de la prueba cuando ya están los nadadores en el agua calentando?
¿Qué se ha estado haciendo antes para no tomar esa determinación con, al menos, 30' de antelación al inicio de la prueba?
¿Por qué se altera tres veces el recorrido hasta que cuadra con el criterio de los jueces (que no sabemos cuál es ni en base a qué se tomó)?
¿Por qué éste año sí se considera que hay una corriente excesiva y otros años no?
¿Por qué se decide modificar el recorrido y acortar la natación cuando SE SABE DE SOBRA la particularidad del recorrido de natación? 
¿Por qué no había suficientes jueces en todos los puntos del recorrido si éste no se ha modificado (a excepción de la natación, desde las primeras ediciones) en los últimos 10 años?
¿Por qué, teniendo los antecedentes, no se ha puesto una piragua en la boya, o se ha dispuesto un recorrido con un doble giro de 90º y no uno de 180º? 
¿Para qué llevamos un chip si luego las clasificaciones y los parciales son un chiste?

El triatlón de Talavera siempre ha tenido esta peculiaridad, igual que el de Alpe D'Huez tiene sus 21 curvas, y no por eso te ponen a dar vueltas por el plano de Bourg D'Oissans, por lo tanto, me parece una cagada en toda regla. Lo de ayer, no se puede considerar triatlón, fue una broma pesada. 

Me parece bien la promoción del triatlón, pero estamos en una prueba del circuito regional, por lo tanto, el que no pueda nadar y remotar el río, que se apunte a los triatlones de promoción de Santander Series, Triwhite o cualquier otra variante de los mismos.


domingo, 18 de marzo de 2018

Minots y mascletás

Ha empezado la temporada, y tal y como describía en el post de hace un mes y medio, sigo sin encontrar esa regularidad buena y constante que te hace andar a la fuerza. Siempre sigue habiendo una razón por la que no entrenar los 7 días de la semana y fumarme sesiones extensivas que te hacen aguantar las competis y no reventar como un sapo en ellas. 

Entre medias, la entrevista de la PN, mucha tensión, una prueba complementaria de esfuerzo que tuve que enviar a la DFP por "anomalías cardíacas" que al final resultaron no ser nada (99€ de "nada"). Y mucha tensión. Es como estar en el ojo de un huracán, hay una aparente calma, pero ves vacas volando a tu alrededor. 

Empezamos en el Duatlón de Rivas con un DNF, pinchazo en la rueda delantera, salvando una caída en una curva de milagro. La carrera no había ido muy allá, pero bueno, era la primera vez que me ponía el dorsal, tampoco podemos pedir más. 
Siguiente semana el Clasificatorio para el CE de Duatlón Élite, en la prueba más dura que recuerde hasta la fecha: mucho frío, rachas de viento, y una manta de agua constante. El terreno súper encharcado y jugando peligrosamente con la hipotermia. Salí demasiado cagón y lo pagué, me quedé a 10" de enganchar el grupo que se clasificó completo, 12km con otro a relevos manteniendo y al final se nos fueron. Lástima, porque entré el 17 y a 5" hubiese entrado el 15 y conseguido el billete. Al palo.

El problema vino en el "post" Tomelloso. Estuve totalmente destruido a nivel estomacal, sin poder comer nada hasta las 20.00 (y la prueba acabó a las 11), añadiéndole un bajón de defensas brutal, y un malestar que se tradujo en la siguiente semana en un catarro de tres pares de huevos. Por suerte se canceló Boiro por el temporal, así que ese finde pude recuperar un poco. No obstante, el domingo fui a peor y esta semana ha sido un total fiasco, lunes y martes prácticamente perdidos, y el miércoles me animé a hacer unas series en la pista... acabando totalmente calado y recayendo del problema estomacal. No pintaba nada bien para Marchamalo... y así pasó. 

Aquí las cosas iban bien 

Ayer completé un pleno de 10 días de las últimas tres semanas en las que cada vez que me he calzado las zapatillas he acabado calado, sin salvar ni un puto día. Increíble. Hoy, muchas dudas a la hora de salir. Por una parte consciente de que no estoy corriendo como el año pasado, y por la otra con la incógnita de cómo iba a responder mi cuerpo después de la semana de catarro, mocos y las molestias gástricas. 
¿Cómo eres tan paquete? Nah, que trabajo para SEUR.

Dentro de hacer una carrera mala, porque me faltan tres puntos, uno corriendo y dos en bici, y de reventar como un gato en un microondas en la bici, hay que ser positivos. No he estado muy lejos del grupo en el que debería ir (15-20") y por lo menos he conseguido no acabar hecho una basura del estómago pese a darlo todo. Sé que me exijo demasiado y que ahora mismo estoy muy lejos de llegar a un nivel digno. Sólo han pasado tres meses y medio desde que empecé a entrenar y sin la consistencia necesaria. Hay que seguir trabajando, aunque estos reveses hagan mella psicológica.

jueves, 1 de febrero de 2018

La regularidad de la irregularidad

Después del trasiego de la navidades toca recomponer rutinas y volver a apretarse el cinturón. Puede que sea el primer año que en lugar de adelgazar en estas fechas, cojo kilos. Sí, siempre he sido un caso, para qué negarlo. Y lo peor es cuando te estás dando cuenta de que las cosas no van como deberían y no eres capaz de poner remedio por circunstancias varias, entre ellas, el tiempo (como factor climatológico). Nunca he sido mucho de salir con la bici en invierno, y cada vez menos. Al final prefiero prevenir el resfriado y hacer rodillo, centrarme en nadar y en correr. 

Pero este año, ni con esas. El día después de reyes me di un hostión en el codo al coger el paraguas del coche, tres días sin nadar, y sin poder estirar el brazo. Después, unos 10 días de entrenos muy buenos, con el objetivo de ir a la Media Maratón de Getafe con Alber y correrla de sparring a 3'45" yendo fácil. Pero hete aquí, circunstancias del destino. Ni Alber llegó, por circunstancias ajenas a él, ni yo la corrí a 3'45" (en realidad sí, ahora explicaré por qué). 

Con Alber fuera de juego, pensé en correrla a 3'30" fácil, si pudiera, algo más rápido, pues mejor. El caso es que el viernes anterior (a 9 días) después del masaje de descarga con Fernando, todo iba como la seda... Hasta que te levantas el viernes con un contracturón en la espalda que no eres capaz de respirar. Analgésicos, y ni por esas. Y el fisio sin cita. Así que al final, "a lo bruto". Tres días después, y estando igual de jodido, decidí ir a nadar para movilizar la zona. El dolor se atenuaba un poco. Después movilidad escapular (trabajo de dominadas y chin ups asistidas) seguida de una paliza con el rulo de foam de esas que no sabes si llorar o reír. Et voilà! Arreglao'. 

Todo correcto, unas series fáciles el miércoles... y el jueves sudé por la noche y me levanté muy jodido de la garganta. Durante el día con fiebre, y el viernes hecho un trapo igual. El sábado algo mejor, aunque el cocido de madre hizo que los 45' de rodaje fácil del día anterior a los 21k fueran pesados. Y así pasó. Al día siguiente algo en el estómago me decía que no estaba bien. Al principio pensé que era el desayuno, pero después de tres cagadas y el dolor de estómago sabía que no iba a ser el día. 

Había que correr, tampoco nos jugábamos mucho, así que "a jugar". Primer 10k controlando mucho, guardando dos marchas con el día asqueroso que nos salió, pero ahí empezó el estómago a hacer de las suyas. ¡Qué agonía esa de ver cómo no puedes apretar por el estómago pero las patas van solas! En fin. Km12 y empieza a ser agónico... Se empiezan a ir los kilómetros. de 3'30" a 3'36" y ya empiezo a buscar con desesperación un bar... Casi explotando, en el k16 (3'50") me doy cuenta de que tengo que parar sí o sí, pero ningún bar a la vista, hasta que aparece y tengo que entrar y soltar todo. Después, 4km al tran tran, con pocas ganas y el dolor de los pies que aparece. El flywire de nike me está desollando vivo los pies. 

Llego a meta con más pena que gloria y el estómago totalmente destruido. Me paso toda la tarde jodido y parte de la noche. Los pies en carne viva. Y empalmamos otros tres días sin entrenar. Fuck!
Hoy por fin las heridas me han dejado entrenar... 4k de agua y abdominales.

No hay manera.

Foto: Carlos Asensi.