sábado, 20 de marzo de 2021

Retorno

 Han pasado muchos meses desde que llegué de Canarias, desde que me acoplé a vivir en Madrid y también desde que me puse en manos de Héctor para que me llevara la preparación. Hasta enero fue una preparación relativamente sencilla, pero de allí hasta ahora, he descubierto un nuevo abanico de posibilidades y estilos de sufrimiento, en todas las disciplinas. 

He de decir que también he sufrido cierta transformación física, que se me han vuelto a notar los cuadraditos y alguna vena que tenía olvidada. Y sobre todo, mental. Reencontrarme conmigo mismo, ser capaz de sacar la mierda mental y la tensión que genera la situación actual; recordemos que estamos en medio de una puta pandemia con un virus mortal en medio; darme cuenta que para volver a sonreír hace falta aprender a llorar. Es jodido. De hecho, el otro día vi el videoclip de Los De Marras, que os pongo al final del post, me acordaba de mi abuela y me puse a llorar como una magdalena. Quizás sea natural y muy posiblemente necesario.


Lo que sí que es absolutamente necesario es hablar, tomar un café con los colegas. He hablado con muchos, deportistas en mayor o menor medida, que tienen o tenemos, ciertos episodios de ansiedad. Casualmente nos da a todos por lo mismo, atracar la nevera como si no hubiera un mañana y comernos a dios por las patas. La motivación es complicada de llevar, ver las noticias no ayuda, la luz al final del túnel no se ve, y al final siempre hay una situación de desasosiego generalizado que invita a comer donetes y beber cervezas en vez de salir a correr.

Independientemente de lo anterior, el domingo volví a competir en un duatlón, 23 meses y pico después de la última vez que me puse un dorsal, en Avilés en el CE Duatlón CRE, donde lo pasé realmente mal. Fue una carrera en un formato extraño, con salidas cada 15" de 6 personas con drafting permitido, un circuito de bici ratonero a 3 vueltas de bici donde los doblados fueron un peligro. Independientemente de que el formato gustara más o menos, hay que reconocer el mérito y el éxito del Club Triatlón Almansa por echarle horas y ser capaces de sacar una competición en las circunstancias actuales.

Mi carrera fue un poco extraña, las sensaciones no fueron buenas, o al menos, no se correspondían con los tiempos que venía marcando hasta dos semanas antes. Me escapé corriendo y luego me cogieron en bici. Cometí errores que tengo que pulir, como llegar las zapatas de ciclismo en lugar de las de triatlón, máxime cuando se me bloqueó la boa con la lengüeta y llevaba las zapas muy flojas, no conseguía entrar bien en las curvas, yendo bastante cuadrado y me comí más latigazos de los que me gustaría. Hubo bastante tensión con los palos en el grupo, pero conseguí bajarme bien a correr. Después, un all-out de primeras y a rezar, intentar pegarme a Frankie sin conseguirlo y llegar a meta totalmente ko. Lo mejor, sin duda, ha sido reecontrarme con mis gañanes de Harvardcete, y sentir que después de dos años no ha cambiado nada. Desde aquí dar las gracias a los Brownies de Albacete, Omar y Alvarete, y a sus padres, Manolo y Sagrario, que me acogieron como un hijo pródigo.

El globo me ha durado 3-4 días fácil, con un dolor de estómago muy jodido durante 2-3 días, pensando incluso en tener que ir al médico. Y respecto al rendimiento, hay que tener en cuenta que el 27 de febrero recibí la vacuna. Fueron 3-4 días de pasarlo muy chungo, fiebre, escalofríos, dolor de riñones y de cuerpo en general, un cansancio extremo y la sensación de que el cuerpo no funcionaba igual durante la semana después (de hecho, aún sigo con esa sensación). Aún así, he sacado algunos entrenos buenos y otros no tanto, algún día he tenido que parar porque me daban unos calambres del copón. Hoy, sin ir más lejos, después de dormir 9h, he hecho un entreno que a priori no debía costarme mucho, sin embargo, llevo desde dos horas después de acabar con una bajona considerable. 

Por otra parte, este año me da la sensación que al no tener ránking ninguno de duatlón ni de triatlón, lo de competir en élite, o al menos entrar en los clasificatorios, va a ser una quimera. Ya me he quedado fuera del de Águilas, pese a estar inscrito el 43º, y tiene pinta que el resto del año será así. El sistema de la FETRI es así de pernicioso, o compites un año en grupos o el acceso a élite será casi imposible, al menos, por méritos propios.