Llevaba tiempo sin escribir, por falta de ganas y de motivos. Si hubiese exprimido mi cerebro, posiblemente hubiese salido algo, probablemente nada bueno, pero sí algo.
Ahora, tras la vuelta a casa y después de haber pasado el estrés de la última semana, haciendo gestiones de todo tipo y preparando la mudanza con contratiempos, puedo sentarme un rato y escribir. También porque ahora compré un portátil nuevo y puedo escribir sin estar pegado a una toma eléctrica.
Han sido meses duros de confinamiento y la progresiva recuperación de la "normalidad", hasta cierto punto, con cambios en el trabajo que hacían más mella psicológica que física, y claro, como todos, hubo días de esos que no te aguantas ni a ti mismo, ni le veías el sentido a nada. De todo se sale. Las etapas se cubren y el tiempo pasa. Algo cambia en ti. Evolucionas, espero, a mejor. Aprendes. Te preparas para lo que venga, "In omnia paratus".
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Solo con hielo Tigri
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Volver a las raíces, Talavera, días de reencuentros, ver a los colegas, un café o un entreno, o ambas. Correr de nuevo por el camino de la ITV, llano, amplio, de tierra, ¡joder, cómo lo echaba de menos! Dejar que se despierte el gusanillo masoquista poco a poco, de nuevo, ese que estaba hecho un capullo (como alguno con los que estuve hoy). Sufrir y disfrutar, y quitarme los kilos de más que he cogido, que yo diría que me ha encogido la ropa de curro. Por cierto, próximo destino, Madrid.
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Con ese pelo pareces, por lo menos, cámara de PP |
Hoy, primer día, y ya triple sesión. Quizás porque me lo pedía el cuerpo, o porque hay veces que no sé decir que no. Después de una carreterita desde mi casa hasta Espinosillo, 10k clavaos', ducha, porque no recordaba por qué llamada yo a ese pueblo "La sartén del Diablo", y un café en la sede. Tomarte un café sin que te cagues vivo o que sepa totalmente amargo es un plus. Parecerá una tontería, pero hay pocos sitios de Tenerife donde me haya tomado un café decente. Ver el Tigri y al tito Luidgi y que ya te engañe para ir a hacer unas pesitas en el gimnasio de Noru, y ya puestos, unos metrillos en la Alameda, y coincidir con Solana. Te cagas. Todos los locos vamos a los mismos sitios debe ser. Y por mucho que pase el tiempo, Luidgi seguirá siendo un cabroncete muy salao', del tipo de acabar de hacer un 200 estilos y que te meta prisa para hacer un 200 crol, en piscina de 50, no lo olvidemos.
El programa de esta tarde incluye revisión de bici, puesta a punto y poner los pedales a cargar. ¡Cómo echaba de menos esta mierda!