viernes, 3 de diciembre de 2010

El Valor de los Sueños

Han pasado cerca de dos meses desde que empezamos a entrenar, y a estas alturas hay que hacer una pequeña reflexión sobre lo que esperamos y sobre lo que queremos hacer este año.

Desde mi punto de vista deberíamos proponernos dos objetivos: el primero, sería a medio-largo plazo, requerirá esfuerzo, sacrificio, tesón y constancia, una meta al final de un sendero abrupto y largo que será difícil de conseguir pero estará siempre dentro de nuestras posibilidades. El segundo objetivo no merecería el nombre de objetivo como tal, sino que será un referente para nosotros, un apoyo en la pared escarpada que supondrá la temporada, un agente motivacional, algo que no nos sea posible alcanzar (al menos en un par de años) pero que sin embargo nos haga luchar, levantarnos cada mañana con la ilusión por entrenar que teníamos cuando éramos cadetes. A fin de cuentas, un SUEÑO. Algo que perseguimos y que anhelamos, pero que no tenemos ninguna certeza de conseguir, si bien nos hace sonreír al saber que cada vez estamos más cerca.

Nadie debe decirnos qué es lo que debemos soñar. Debemos dejar la cabeza vacía y sentir qué es lo que más ansiamos. No debemos escuchar a aquellos que nos digan qué no podemos hacer, porque el mayor fracaso es no intentarlo. Perservar, sufrir, luchar, palabras que por sí solas no nos dicen nada, pero que dentro de nuestra cabeza tienen plenitud de sentido: perseguir tus sueños. Y si te levantas con esos pensamientos, aprovechas al máximo tu fuerza de voluntad y pones pasión y empeño en cada paso que des, triunfarás. Más allá de que consigas tu meta o no, porque habrás conseguido crecer como persona, crear tus propios principios y valores sobre los que asentar tu trabajo, habrás creado tu propia filosofía de vida. Ni la mejor ni la peor. La tuya propia. ¿Es esto una razón suficiente para sentirnos orgullosos? Sí, pero no olvides que necesitarás humildad para ello, valor para asumir tus errores y para aprender de ellos, respeto para convivir con las personas de tu entorno y lealtad a quién te enseñó aquello por lo que hoy luchas y que llena de sentido tu vida.



Quizás haya a quién a estas palabras les resulten palabrería barata y vana, pero creo que muchos me entenderéis. No practicamos deporte por el resultado, sino por lo que nos aporta, el camino es más importante que la meta, la superación personal nuestro medio. Deberás perseverar, luchar, caer y levantarte, no esperes recibir nada regalado, deberás ganártelo, y cuando lo consigas, sabrás que poco a poco, te estás realizando como persona.

4 comentarios:

Pablo Cabeza dijo...

Sin sueños nunca serás nada, solo un número entre millones.

carmencita dijo...

Dani, me ha encantado esta entrada. Ya te estás haciendo mayor y no queda casi nada de ese niño que conocimos, bueno si, la ilusión esa que nunca debes perder.

Un beso

Carlos dijo...

Gran entrada nuevamente!!!!!

Valentino Abrante Segura dijo...

Me gusta, buena entrada, a veces dudamos y con artículos como éstos recordamos el camino. Un abrazo.