domingo, 12 de septiembre de 2021

El último baile

He dejado pasar más de una semana para escribir el post de la que será para mí la última carrera élite individual del mundillo del triatlón y del duatlón. Como ya anuncié en el post anterior, ha sido una decisión dura y muy meditada, y subir a Bañolas fue un esfuerzo muy grande. De hecho, uno de los principales motivos por lo que subí, no fue la competición en sí, sino para ver y estar el fin de semana con mi amigo Dani H, que vive en Figueras. Él fue una de las personas que más me animó a subir y también fue testigo de mi último tango en París, bueno, en Bañolas, pero como está cerca de la frontera, casi lo mismo es. 

De la carrera hay poco que contar. Cuando la cabeza no está en su sitio es difícil ser competitivo. Nadando no me encontré bien en ningún momento. Iba en el último
grupo de bici con César Pereira y a remar para no ser doblados. De hecho, hubo un momento que casi me quedo de rueda cuando me tomé un gel, y me miró desde adelante con cara de incredulidad. Hubo unos segundos en el que la cabeza me hizo masa y casi tiro la toalla, pero volví a conectar. Al final salvamos la bici y nos bajamos a correr. Ahí puse ritmo crucero y es donde disfruté como un enano. La carrera se había ido totalmente, pero, ¿qué más daba? Iba a acabar sí o sí, y llevaba una sonrisa de oreja a oreja. Cada vez que pasaba por donde estaba la gente del club y otros conocidos animándome era un motivo para sonreír. El bueno de Trimatas, en la última recta de meta diciéndome "disfruta de los últimos metros". Entré en meta en el puesto 61º, ¿y? Posiblemente en otras circunstancia estaría cagándome en todo lo cagable y frustrado. Pero hoy no. Hoy era un día para disfrutar. Y sí, disfruté.

Con esto cierro una bonita etapa en la que el triatlón me ha dado mucho, me ha exigido casi tanto como me ha dado, pero como me dijo el jefe de La Laguna "el momento para irse de un sitio, es antes de hartarse", y ese momento, es este preciso instante. 

Creo que puedo decir que algo de impronta he dejado, en quien más, en quien menos, pero el tito Arri, siempre será el tito Arri, el que os recogía en la Blume con el Volvo, y llevaba empanada, galletas y arroz con leche.

Ahora cambiamos objetivos vitales, deportivos, personales... sin perder la sonrisa: 2012-2018; 2021. 


Foto: Carlos Triathlon (Carlos Asensi).

3 comentarios:

Marco Lorenzo dijo...

Al tito arri no lo vamos a olvidar fácil, aunq esperamos verte de vez en cuando en otras competiciones!!

D. Arriero dijo...

Ya sabéis que estaré, aunque no sea en el equipo élite, igual animando por el circuito, jajaja. 😘😘

Alberto dijo...

Ya se te va notando...
Antes decías Banyoles ;-)