domingo, 7 de octubre de 2007

Bajo un flexo...

"...sinceridad dime porque te tiene tanto miedo la gente..." - Shinoflow.
Tan pocas palabras y tanta verdad acumulada en ellas, hay noches en las que te das cuenta de cosas, anoche quizás fuera una de ellas... porque son los pequeños detalles los que al final marcan las diferencias, pasan de ser simples gotas de agua a inmenso océanos. La tendencia de todos es no admitir los errores propios hasta cuando la obviedad de las circunstancias habla por sí misma... algunos me dijeron que este blog era casi una crítica social, no iban del todo desencaminados... no estoy diciendo que por cuatro cosas que se ven un día se pueda calificar a una persona, pero si ves que esas cuatro cosas, ínfimas materialmente, se repiten constantemente y lo único que se hace es intentar restarlas importancia e ignorarlas, mal vamos.

Hablaba arriba de la tendencia a no reconocer los errores, aunque cantaran más que una monja en el festival erótico de Barcelona, negar todo, disimular e intentar parecer perfecto... pobres infelices... nadie es perfecto y aquél que lo intente es que no está muy cuerdo, aprended a ser felices con vuestras imperfecciones, no neguéis lo obvio, daros una cura de humildad (o un par de hostias en su defecto), sed vosotros mismos, auténticos, que nada ni nadie os trabe ni os cohiba para expresar lo que sentís o pensáis, aunque sean estupideces para otros es importante para uno mismo tener las cosas claras, no renunciar a un ideal por el qué dirán.
Porque luego vienen los arrepentimientos y aquella sensación de ¿...y si hubiera..? pero ya será tarde para reaccionar y no sabrás lo que podías haber ganado o perdido. La vida es un juego y sólo ganan aquellos que arriesgan, sin riesgo todo sería más simple pero a la vez carecería de sensaciones. NO RISK, NO GAME.

Pero para aceptar el riesgo, antes hay que hacer una amplia labor de mentalización de la mente, el ser humano es por naturaleza cobarde, le da miedo hacer cualquier cosa que no sea segura, se acojona con las dudas y esas dudas le envuelven en pensamientos ilógicos que acaban destrozándolo anímicamente, aún así, no reacciona, no echa valor ante el dolor, va a lo fácil, meter la cabeza bajo tierra como las avestruces y fingir que no pasa nada. Es por eso que en la sociedad en que vivimos cuesta tanto mostrar un sentimiento y a aquellos que lo hacen se los califica de bohemios... bonito palabro del medievo para designar a una persona con valor anímico. Con cierta frecuencia también se tiende a ridiculizarlos. Quizás todos debiéramos aprender un poco de esas personas... saber expresar lo que sentimos sin temor y con tolerancia... esto solo es una llamada a la autenticidad de las personas, una cualidad en peligro de extinción en pleno siglo XXI.



(PD:... Qué ganas tengo de que venga el invierno para que se mueran los grillos de debajo de mi ventana que me tiene hasta la punta del... con el cricri)

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