sábado, 12 de abril de 2008

Previo a Fuenlabrada

Esta mañana 40' de bici suave por el canal, Santi, Óscar, Jesús y yo, y, cómo no, la anécdota del día. Dimos la vuelta en el canal cuando llevabámos 20', Mula y yo íbamos delante porque habíamos subido un poco el ritmo para no aburrirnos, nada serio, como 300 metros o así. En esto que venían por atrás los tres restantes: Jesús, Óscar y Santi, como a diez metros o así. Teniendo en cuenta que acabámamos de empezar a dar pedales no íbamos rápido y casi esperando a los de atrás... Entonces sentí un picotazo dentro del mitón izquierdo, dejé de dar pedales para quitármelo y oigo por atrás... PLOOOOOOOOOF!!! Santi y Óscar en el suelo. No sé cómo cojones lo hicieron para caerse, pero el caso es que acabaron en el suelo, y Santi con culotte y chaquetilla rotas. Hay que ser un poco torpe, pero también demuestra la falta de atención en la carretera. Hoy no fue nada, y quedó como risas amenas, pero demuestra que cuando se monta en bici tienes que ir con los 5 sentidos puestos en la carretera.

Después 20' de trote de recorrido turístico por Talavera porque el Mula quería ir a Ébora a comprarle una barrita a Johnny. Por la tarde a limpiar la bici concienzudamente a la Ribera. Poco más que resaltar de hoy. Como me pasa a veces, pero especialmente hoy, siento un hormigueo que me revuelve las tripas y me atenaza el corazón. Es como si me estuvieran apretando el corazón poco a poco, una tensión constante. Creo que es algo más bien psicológico, después del fiasco de Cuenca, un autocastigo para no volver a cagarla. Rober, me animó, y la verdad es que son cosas que agradezco, volver a tener esa confianza segura en mí mismo sin pasar a la soberbia. Esta situación me recuerda mucho a los días después del I Duatlón de Osborne, donde me ganaron al Sprint y quedé 2º. La semana siguiente fue... no sé cómo decirlo, pero cada grano de arena me parecía el puto Everest. Sólo espero que ahora, las aguas retornen a su curso, volver a ser el mismo. Desde aquí también he de agradecer a mis amigos esos buenos deseos, dos palabras simples: "suerte mañana". Sería difícil nombrarlos todos, la gente de los sábados (Edu, Rubén, Jaime...) y luego los de todos los días, como Grijal o Arantxita. Gracias a todos.

11h25' para el mismo infierno, ahora toca descansar para dar mañana lo mejor de mí mismo.

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