lunes, 17 de noviembre de 2008

Pesadillas

Muchas veces nuestros sueños representan nuestras máximas aspiraciones, nuestros anhelos más profundos o nuestras pasiones frustradas. Pero hay un momento en el que ese sueño se puede volver en nuestra contra, sentimos miedo, congoja, nos aferramos a las sábanas como si la vida nos fuera en ello e inevitablemente despertamos sobresaltados envueltos en un extraño sudor frío. Entonces nos despertamos, buscamos la luz con ansiedad y nos cercionamos de que todo esté en su sitio y que no era real. Poco después la apagamos, pero nos cuesta conciliar el sueño y comenzamos a pensar en lo soñado. Normalmente no guarda ninguna relación con la realidad pero... parecía tan real... Quién sabe si un día de éstos se cumplirá. No obstante, esta acción, soñar, ya sea con un sueño placentero o una terrorífica pesadilla es una de las razones por las que, a veces, no descanso todo lo bien que debería. Normalmente se suele echar la culpa a la alimentación, dicen que no se debe comer nada antes de dormir, pero por desgracia no es tan fácil explicar el 100% de éstos. Hay veces en las que carece de lógica alguna y símplemente es una representación más de algo que te reconcome la conciencia.

Referente a las horas de descanso, que ya casi me he acostumbrado a su escasez (de lunes a viernes clase y los findes entrenamientos al alba), pero hay veces en los que el cuerpo se resiente y necesitas una siesta como el comer. Podríamos deducir que con siesta no podremos dormir por la noche, pero no siempre es así, el cansancio extremo nos impide descansar, como me pasó a mí ayer, que después del entrenamiento, la comida, la maleta, el viaje y el copón y al final acabé a la 1 de la madrugada con los ojos como platos escuchando música intentando dormirme por aburrimiento.

Respecto al fin de semana poco puedo añadir, tan sólo el tiempo y los entrenos, el viernes nadé con los chicos, el sábado salida ciclista de 3 horitas, después estuve viendo el Duatlón de Pepino que organizaba Pepe Muñoz, y que contó con la presencia de gente de toda la comarca, de Madrid, pero en especial con el aliciente de ver al recién nombrado mejor deportista talaverano de 2008, David Arroyo, nuestro ciclista del GCE que dio cera al resto, y que como me comentó Pepe tras la prueba no ganó porque no quiso, ya que con lo que podría haber sacado de la bici le hubiese sobrado para ir andando los 2 kilómetros después de la T2. Pero no quiso, prueba más del carisma y la humildad de su persona. De Speaker tuvimos la ocasión de ver a nuestro míster Cabeza haciendo sus pinitos a los Felipín Gutiérrez (jajajajaja). Después la vuelta a Talavera, con la anécdota del día, el mal olor del coche, ya que subieron los pestilentes vapores d una alcantarilla cercana y hasta que se ventiló aquello... bufff. Por la noche salir a dar una vuelta, reencontrarse con los madrileños, compartir experiencias, reirse un buen rato, comer pipas y a la 1.20 en casita. El domingo a las 8.30 toca Diana. A las 9.45 estoy en la Portiña esperando al resto de asistentes al macroentrenamiento suicida de Paul Head. Entrenamiento con estaciones... y había más que en el año. Para empezar y después del calentamiento, multisaltos con cuestas, luego la subida a la colina Mirador Norte (Si la viérais sabríais que tiene la misma mala hostia que la cara Norte de Gredos, ¿será por eso que la bautizó así? Jaja), después ejercicios de fuerza en el Pinar (Sí, donde entrenábamos algunos veranos rodeados de procesionarias), más adelante técnica de carrera y 6x200 + 300 con 40'' de descanso. Y para finalizar un Intervall Training de unos 10'-12', luego trote y estiramientos. Evidentemente entre una estación y otra se trotaba y en conjunto se daba una vuelta al pantano entero. Total, casi 2h30' de entreno total.

Después la vuelta a la rutina, maleta, billete, bus, y otros 5 días para volver a entrenar en el monte...


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