lunes, 31 de agosto de 2009

Reflexión: Causa y Efecto

Es curioso, pero a lo largo del tiempo siempre el ser humano, bueno, mejor dicho, el conocimiento del ser humano ha seguido una continua progresión. Sin embargo últimamente me doy cuenta, y cada día más, de que esto se ha perdido, y realmente lo que se produce es una regresión cerebral. Cada día más tontos o menos listos, como queráis verlo. Todo ello con un orgullo prepotente de estandarte que no tarda mucho en cegarte y en elevarte a la categoría de 'semidios'. La hipocresía no tarda mucho en aparecer en aras del interés propio.

Y es precisamente en ese momento cuando me pregunto dónde quedaron los antiguos y honrados principios de la legalidad, el trabajo constante, la honradez y el sacrificio como fuente de sabiduría y como escuela de vida.

La verdad es que ahora todo eso importa más bien poco y todo se precipita en favor de un materialismo atroz y en un afán falso de profesionalismo. Tan pronto veremos a grandes como Noya, McCormack o Llanos como al último globero en un sprint con 1h40' o en un IM con 16h con sponsors en ropa, casco y demás. Evidentemente no son de la misma talla Oakley que Frutas Colmado, pero el simple hecho ya llama la atención por sí solo.

Quizás debiéramos preguntarnos qué cojones pasó para que un sujeto de tales características consiga una cantidad X de un patrocinador Z. Y para mí esa razón es bastante obvia, la gente construye 'sus proezas' sobre un colchón mullidito de mentiras.
Puede que haya varias razones para que esto sea así, y amplias, desde aquellos famosos 'gurús' del entrenamiento que se dedican a sablar a la gente 100 pavos al mes por 4 hojas semanales de entrenamiento, hasta la más propia e intrínseca de las razones: somos unos ruines. Podemos llevar una cabra de 5000€, un casco de 300€, unas zapatillas de 180€ y seguir siendo unos capullos egoístas que en lo único que piensan es en ellos mismos. Bueno, puede que haya mentido, en ellos mismos y en su cuenta corriente. Cuya única fijación es engordarla y engordarla hasta que reviente.

Sea cual sea la razón, lo que observo es que el mundo del triatlón, algo a lo que me incorporé hace unos tiernos 4 años se profesionaliza desde la base y no desde arriba. Evidentemente, y con mentalidades así, todo está destinado a sufrir el más estrepitoso desplome.

Entra ahora el factor 'ética' en juego. Porque el futuro está en las escuelas y en la formación de personas, deportistas y aficionados que difieran de este vulgar comportamiento. Pero hay veces en las que directa o indirectamente no se busca los fines anteriores, sino el mismo motivo de los (reprochables) anteriores: el dinero. Quizás sea, después de la obesidad, la peor pandemia a la que la humanidad debe hacer frente. Porque hay una diferencia entre formar una cantera y crear escuela (fábrica de dinero). Puede que sea por la humildad de los orígenes en los que empecé a entrenar. ¡Joder! ¡Si es que nos pagábamos hasta la entrada de la piscina! O por unos mínimos principios básicos comportamentales que me enseñaron en el colegio o en casa, pero el caso es que este comportamiento, ver el deporte como un negocio y no como un ámbito donde crecer y formarse, me repugna.

Sigo sin creerme que haya gente que pueda ver el triatlón como un negocio. Seguimos siendo una minoría frente a otros deportes mayoritarios. Y sigue habiendo gente que pese a ello se frota las manos mientras esgrime en su mirada el símbolo del dólar. Y puede que sea una coincidencia o no, pero normalmente estos dólares siguen estando en los ojos de quienes menos profesionales son, quienes con un comportamiento, casualmente, todo lo alejado de lo 'profesional' (si entendemos ahora bien esta palabra como el compromiso con un trabajo remunerado) quieren enriquecerse a costa del 'atleta popular' (es decir, aquellos que no cobran por el entrenamiento hecho sino que lo tienen como un hobby o afición, lo que viene siendo el 99% del plantel nacional).

Esto me lleva a una conclusión que salta aparentemente a la vista y que cae por su propio peso. Quienes más codician el dinero suelen ser los menos preparados para dirigir una planificación deportiva. Simplemente es una observación sencilla, y como decía aquella bonita frase: "En el mundo tiene que haber de todo", todo se restringirá a una eterna lucha entre quien busca formar personas y deportistas y quien busca el dinero de los anteriores.

E independientemente de lo anterior, siempre quedará el orgullo y la satisfacción de la mentira, el creer que todo cuanto tienes lo adquiriste por tí mismo y que nadie te ayudó a conseguirlo, cuando en realidad si has llegado a un punto mínimo de ¿popularidad?, por no decir, 'fama', fue gracias a quién en tu camino te tendió una mano y te ayudó. Y esa mano es la misma que muerdes ahora. Es llamativa la desaprensión de algunos 'entes', porque para mí no merecen ni la categoría de 'seres', demuestran a lo largo de sus vidas. Y sobre todo, lo más curioso de todo, es que todo ello lo mueve un único motivo: la envidia.

Después de años de trabajo para sacar un emergente club adelante, sigue habiendo opositores y 'personajes' (también llamados comúnmente, animales) que se creen que pueden crear de la noche a la mañana un club similar, obtener resultados y tener patrocinadores. La misma especulación que los creó se encargará de destruirlos, su avaricia es demasiado grande, su talento demasiado escaso, sus cerebros demasiado vacíos de materia gris... todo es cuestión de tiempo. La realidad no se basa en creencias, sino en hechos. Un hecho es rechazar X para que todo funcione mejor, una ilusión es hablar con Z, W e Y con un proyecto del cuál el único beneficio que se sacará será el lucro propio.

Confucio dijo: Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro.
Si echamos la vista atrás podemos ver que esto ya se vivió anteriormente... ¿coincidencia o casualidad? Probablemente alguno de los implicados ya estuvo en el ajo... ¡que extraña coincidencia!


Atentamente, a todos aquellos que se dedican a echar mierda a las espaldas después de haber salvado su mísero culo gracias a...

1 comentario:

Jaime Menendez de Luarca dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.