lunes, 15 de febrero de 2016

Valentino

Cuando vuelves a tener vida "normal" es cuando te das tiempo de que realmente se te ha olvidado vivir. No miras los libros, no vives encerrado en la biblioteca, no vives estresado, no haces bromas por los grupos de opositores, ni das por culo con preguntas trampa... Es la misma serenidad que hay en el ojo de un huracán: ver cómo todo gira a mil y tú en el centro, tranquilo y sereno. Muy extraño todo. 

La semana ha sido bastante rara. El lunes estaba en el típico día post competi, que estás hecho mierda y no te apetece ni respirar, pero peor fue lo del domingo anterior, 143 de pulso medio en bici, telita, aunque después de ese par de episodios de Expediente X, todo ha vuelta a la normalidad. Dentro de no tener ninguna sensación buena nadando, y casi lo mismo en bici. Corriendo más o menos se mantiene pero bueno es temporal.

Ponme un café a la temperatura del sol que no siento las manos.
Ahora cambié el estrés por la espera, y todo deportista sabe que esa incertidumbre es la que te destruye por dentro. Así que satisfecho, salvé la semana con 21km nadados casi 200 de bici (ponderando con el rodillo) y sólo 36km a pie pero con 5x1k/1'30" a buen ritmo (2'57"-3'02"). 

Ayer tuvimos etapa épica. Llevamos dos semanas con muchísimo viento y decidimos escaparnos al Piélago con los Talavera Training. Y en qué horita. Viento de narices y frío, y "lo oscuro" cada vez más cerca, las nubes cubriendo el Piélago entero, y pasando Marrupe se pone a llover. Los TT se dieron la vuelta y yo tenía claro que había que entrenar y que no me apetecía volverme, mojarme me iba a mojar igual, así que chubasquero y a subir (y Fleky conmigo)... La lluvia no duró mucho, hasta Navamorcuende, pero una vez a pie de puerto nos cubrió la niebla. Muy densa, de no ver más allá de 30 metros. En los kilómetros finales nos empezó a llevar y al hacer cima la lluvia cambió y pasó a ser granizo. En la bajada cesó, por lo menos. 

La bajada muy despacio, intentando no caernos y después parada en el Wimba y pronuncié la puta frase: "No si peor no puede ir".

Acto seguido y cuando estamos saliendo por la puerta empieza a caer una tromba de agua espectacular, y empezamos a bajar. Desde el Real hasta San Román con el granizo en la cara. Ese fue el momento en el que me acordé de la frase esta que ponen los flipa-runners de "Entrenar duele, no entrenar, duele más". 

Pues mi paráfrasis sería, "El granizo duele, el granizo bajando a 50kmph, duele más". Eso fue lo que me trajo Cupido, ráfagas de granizo en la cara, por pardo. 

Lo último del día fue bajar a toda hostia para intentar entrar en calor, porque yo no podía ni mover los dedos de las manos. Día de perros superado. 

Hoy sesión ligera... 4700 de agua con 2.2k de A2 y 45' de trote con Luidgi a 4'07". Esta semana meteremos chicha hasta el miércoles-jueves y luego un par de días de descanso... Boiro nos espera. 

¡Feliz semana!


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