miércoles, 4 de mayo de 2016

Madrid

Siempre intento dejar un par de días entre competiciones, para que se serenen las emociones, para bien o para mal, antes de volver a escribir y ser lo más neutral posible.

De la pre carrera, podría decir muchas cosas, pero sin lugar a dudas, el buen rollo con los butanitos del Sys, Alberto y Pine, fue lo más importante. Por la tarde recogimos los dorsales y estuvimos perdiéndonos por lo que creíamos que era el circuito del día siguiente y después un trote ligero en la Casa de Campo, con charla incluida con Carlos Asensi (carlos-triatlón) y Peñalver. Por la noche cena con Isa y Pedro Eloy, los Nfoques, y charla nocturna con los pies en alto en el piso de Pine antes de dormir. 

Y por la mañana siguiente un frío de pelotas, y yo de corto. Esto de ir con el mínimo de bultos a las competiciones me tenía que pasar factura tarde o temprano. En los boxes del Palacio Real mucha cara conocida y mucho cachondeo, como siempre, la mezcla de nerviosismo y ganas de salir, y lo mismo en los del Lago de la CdC. 

De la carrera habría bastante que contar. Empezando por la MIERDA de salida organizada por la FETRI. No tiene otro nombre ni sentido. Tarde, mal y sin avisar, y hacer inútil la cámara de llamadas. Todo el mundo corriendo por el pontón, y éramos 100, pero una vez metidos en faena te da igual. 

En el agua, kick boxing hasta la primera boya. Cada vez más trol de por medio, más agarrones, aguadillas y hostias. ¿Estamos gilipollas? Pues puede ser, porque la puta manía que tienen algunos de agarrar de los pies o buscar la cinta del neopreno no tiene nombre. Superado este primer bache comencé a nadar bien, aunque noté la misma sensación que hace unas semanas de "falta de aire" que achacaba al calor de la piscina con el neopreno pero no, creo que hay otro motivo (ahora entenderéis por qué). 

Transición decente y me subo en la bici, todo correcto hasta la primera subida, cuando empiezo a notar otra vez esa sensación. Las patas van pero los pulmones se fatigan, y sufro a cola de grupo. Hasta mediada la primera vuelta no soy capaz de ponerme adelante y meter algún relevo, pero la sensación de "bloqueo" es increíble, así que fue una lucha contra mí mismo. 

Al final de la bici conseguimos enganchar con el segundo grupo, y no precisamente por mi colaboración en bici, porque las pasé putas. Transición de 30 tíos y a correr.

Los primeros 500 metros las piernas van, pero después empiezan a dar amagos de flato debajo de las costillas, tanto delante como detrás, así que tengo que modularme mucho el ritmo e intentar correr con mucha cabeza. Si peto, que sea en el último kilómetro, pensaba. Al final el ritmo crucero es suficiente y acabo 8º en meta.

Casi tan inesperado como frustrante. Creo que puedo dar más de mí. 

Ayer estuve nadando, y en cuanto intentaba subir un poco el ritmo volvían esas sensaciones, y los dolores reflejados en las costillas y la espalda, hoy corriendo lo mismo.


"Amigo Sancho, con el diafragma y los intercostales hemos topado"

Next stop: Talavera. 

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