Soñar despierto

El otro día vi un documental de los monjes budistas del valle de Solukhumbu en Nepal. Tal vez sea por el misticismo que envuelve a las altas cumbres del Himalaya, por el frío, por la meditación o vaya a saber Dios porqué, pero el caso es que estos monjes consiguen predecir con exactitud la fecha de la muerte, tanto propia como ajena. Son capaces de mirar en el alma de la gente y descifrar antecedentes de la vida de extraños. Pero lo que realmente impresiona de estos monjes es su manera de afrontar la muerte, es un paso feliz hacia una existencia eterna, la reencarnación. El balance entre buenas y malas obras determina el paso a un estatus superior o inferior del karma. Como antecedentes tenemos a Nostradamus en el siglo XVI, y si queremos algo más autóctono y cercano podemos citar al creador del esperpento, Valle Inclán, ambos fueron capaces de predecir la fecha de su muerte. ¿Qué dota al ser humano de este poder? Todavía es un misterio.

Puede que no tenga que ver con las predicciones o ni tan siquiera con las adivinaciones, pero la realidad es que el mundo de los sueños siguen envuelto de un halo de misticismo que se nos hace inescrutable. ¿Por qué soñamos? Hay quien dice que una mala digestión, una comida pesada... teorías sin una razón 100% fiable y muchas subjetividades.

Para mí, los sueños son tan solo el reflejo de lo que nuestra alma desea con más anhelo, nuestras pasiones, nuestros vicios, en ocasiones virtudes y otras el lado más oscuro, aquél al que estaríamos dispuestos a llegar si nos fuerzan. Y siendo claros, aunque se mira con mucha distancia, el sueño que la gente de la que me rodeo en mis entrenamientos en Talavera es único: subir a lo más alto posible al podio en Santiago de Compostela dentro de 6 meses. ¿Demasiado largo? No, las ilusiones se edifican sobre bases como la constancia y el trabajo diario. A nadie le regalan nada. Ahora parecen que las cosas toman otro cariz con la llegada de Kike Álvarez (primo de mi padre) al Club. Creo que va a ser algo que nos va a favorecer tremendamente, ya hemos empezado a perfeccionar la técnica y a corregir poco a poco los defectos de la natación. Su trabajo junto con el de P. entre otros será de donde recogeremos el fruto con el tiempo. No hay prisa. Pero el camino es largo, requiere sacrificio y entrega. ¿Preparado? ¿Sí? ¿No? Lo único que sé es que si no se intenta nunca se conseguirá. Deja tu alma volar, pero mantén tus pies aferrados al suelo, sé realista y ocúltate. Ahora es cuando vienen a mi cabeza la frase del Dr. J. M. González Ravé: "Cada hora de entrenamiento son cuatro delante de un ordenador haciendo una planificación deportiva". WE CAN.

Los entrenos de este finde han sido duros, corregir la técnica de natación no es fácil y tengo los hombros bastante cargados ¿alguna fisio se ofrece? Jajaja. Esta mañana era yo el gallo en las cuestas, 5x1000 con 1'15'' de descanso, notando el corazón pegando fuertes bombazos, con las manos entumecidas del frío y el cuerpo "algo indispuesto" por el desayuno. Por la tarde natación ligera con los chicos en los Leones intentando nadar despacito y bien.

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De repente el corazón dio un vuelco, los latidos se aceleraban y él luchaba por que éste no se saliera de su pecho. Tan solo había sido una mirada. Había sido suficiente para turbarle y descentrarle, para que todo a su alrededor se apagara durante un instante, para que durante una milésima de segundo el mundo pareciera un sitio mejor. Apartó la mirada. De nuevo la incesante música, de nuevo el miocardio relajado. Secó el sudor de su frente. Recordaba el tacto de la piel suave, a diferencia de la suya curtida al sol y al frío, su olor a rosas, la suavidad del pelo, mientras de fondo sonaba Pain... you every step... Anhelaba lo que no podía tener, sintió morir dentro de él la semilla del odio que alguien le implantó. Recordó por un momento cuánto hacía que no discutía, la templanza se había instaurado en él. De nuevo sus miradas se cruzaban, ahora a éste le acompañaba una sonrisa... tal vez fueran imaginaciones suyas...no estaba seguro, pero era lo más probable. El cruce de miradas llegó a un puto muerto, las distancias se acortaron, los gestos se hicieron más visibles, sus labios agrietados por el viento se separaron incapaces de gesticular palabra, en el polo opuesto del juego, eran mordidos. Poco había que decir, todo se deducía del lenguaje corporal, pero habría que dar un primer paso sobre un abismo ¿serías capaz de saltarlo y ponerte a salvo, o caerías a él...?