sábado, 24 de diciembre de 2011

Otra Perspectiva

Últimamente nuestro club está cambiando, nuevas caras, más gente, inexperiencia, algunos temores, pero, sobre todo, toneladas de ilusión. No es una novedad que crecemos en número, ni tampoco que el nivel está sufriendo cambios a gran escala. Ya no destaca uno o dos, sino 6 ó 7, lucha interna y competitiva, mayoritariamente sana, unas ganas de mejorar brutales que se ven al acabar exahustos un entreno cuando se chocan las manos y se felicitan entre compañeros. Las cosas suelen ir bien. Afrontar un entrenamiento con ganas pasa a ser una cuestión de compañía casi, un hombre (o mujer) es capaz de "inyectar" energía positiva al resto, contagiándolos. Aumentamos nuestra capacidad de sufrimiento, aunque no siempre las circunstancias personales de entrenamiento son las mismas. Esto también conlleva ciertos riesgos cuando el nivel entre Alpha y Omega difiere, pero siguiendo las pautas de los entrenadores se puede minimizar. La cuestión es no "explotar" por querer mejorar demasiado rápido. 

Recordemos que el entrenamiento es un proceso, y el deportista y su construcción a largo plazo; como producto del primero; otro. El resultado podemos verlo, la cantera va dando sus frutos, los niños que éramos crecen y a golpes, se vuelven hombre. No ha sido fácil, pero nuestros horizontes se  amplían, cada vez, a más. Potenciar el rendimiento desde todos los ámbitos debe ser una prioridad. Hay veces en las que olvidamos que los deportistas también son humanos y que necesitan comprensión, y que sobre muchos conceptos y preceptos técnicos, tácticos y fisiológicos, los deportes de Resistencia de Larga Duración requieren un importante trabajo psicológico. Quizás muchos de vosotros lo hagáis de manera sistemática y sin daros cuenta, desde escuchar una canción antes de empezar unas series duras hasta imaginaros cruzando un arco de meta con los brazos en alto. La psicología importa, a veces, incluso más que estar "un kilo por encima de mi peso" (cosa que desde mi punto de vista se sobrevalora, ya que el 95% de los atletas saben sólo "cuánto" no "cómo" [variación en porcentajes de MM, MG, Agua, Minerales, etc]), ya que es lo que te ayuda o impide dar el cien por cien de tí (he aquí un ejemplo).

Es este motivo por el que cogí la asignatura de Análisis Comportalmental del Rendimiento Deportivo, o dicho en cristiano, psicología aplicada  al ARD, y más después de hablar con mis amigos de lo que era el Centro de Tecnificación Regional de Natación en Toledo, Jaime del Cerro, Héctor Monteagudo o Antonio Fernández-Caballero de los entrenamientos psicológicos que ellos hacían. Más aún si consideramos que el triatlón tiene un periodo de entrenamiento y competición de más de once meses anuales y volúmenes de entrenamiento brutales, ya que lo que entrenamos son tres disciplinas. Así que la semana que viene empezaré a trabajar algunos contenidos con Andreas en este ámbito. 

Os dejo aquí una parte del trabajo que tuve que hacer para la asignatura mencionada antes. He borrado la contextualización, como era evidente, y se han planteado unos objetivos como ejemplos. Las competiciones pueden diferir de las que realmente se hagan, al igual que las fechas.

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