domingo, 23 de marzo de 2008

Semana Santa

Desde el lunes hasta hoy mismo, la Semana Santa, este año más corto de lo habitual con sólo 10 días de vacaciones, demasiado corto se me ha hecho. Los entrenamientos intensos, sobre todo desde que vinieron David y Toni Cendón, el martes desde Valencia. El lunes el entrenamiento normal en la piscina a eso de las 7 de la tarde en los leones, martes natación y carrera, miércoles con natación y bici, jueves bici y natación (aunque lo segundo fue más por compañerismo con el Mula que por gusto propio), viernes natación y carrera, en lo que se incluía el Infinity Pack de McCormack y una subida a la Labranza del Alto en 50 minutos de carrera. Pero sin lugar a dudas el remate fue ayer... 109 kilómetros de bici rompedor... mis alarmas saltaron en la subida desde la Iglesuela con un penar constante por los 8 kilómetros de subida tendida, un asco. Era de estos puertos que van por el medio del monte bordeándolo y dices "bueno, en esta curva se acaba" para comprobar con desesperación que queda otra... y otra... y otra. Eso hasta Navamorcuende, de ahí a Talavera fue el petardazo padre. Angustia y dolor nunca mejor dicho, dolor de piernas, horrible, sin poder ponerme de pie sobre la bici y angustia al saber todo lo que quedaba todavía. Pero ahí no se acababa lo peor, tras bajar Cervera nos metimos por Pepino, y, bueno, cuando llevas el aire de culo, bien, pero en el cruce de con la Ctra. de San Román con dirección a Talavera... fue horrible, un aire lateral que hacía que pegaras bandazos, y entonces fue cuando el cartel indicaba "Talavera 9 km". Angustioso... aquello parecía no acabar nunca, totalmente descolgado, con un dolor en las piernas que me superaba y el vendaval intentando echarte del arcén. Reconozco que hasta la fecha todo sufrimiento se quedó en nada, me tuve que parar un par de veces porque no podía seguir. Horroroso. La verdad es que no sé cómo pude llegar a Talavera, sólo se que lo hice, en un estado, como diría Cabeza, "cadáver total".

No obstante, lo mejor fue al llegar a casa, me puse a engullir como un pavo y después fue cuando caí en la cuenta de que eran más de las dos y mis padres no estaban. Entonces les llamé y su respuesta a mi petición de la comida fue "búscate la vida". Así que un plato combinao' me hice: unas patatuelas, tres filetacos de ternera y un par de huevos fritos con salsa de caramelo. Riquísimo. Es cierto eso de que cuando haces tú mismo las cosas saben mejor, doy fe de ello.
Tras esto una siestecita de 2 horitas escuchando a Mr. Rango. Por la tarde estuve vagueando totalmente y luego por la noche de fieeeeeeeeestaaaaaaaa. Hasta las 5.30 de la mañana con Ernesto, mi amigo piragüista del Talak.

Esta tarde toca carrerita en plan suave con Oskitar y Aldana y mañana a recuperar la puta rutina para que la del martes, no sea una hostia muy grande.

2 comentarios:

Pablo Cabeza dijo...

El Pack Infinito no es de Macca, sino de Michael McCormack, un histórico triatleta americano que vivió algunos años en Madrid, con buenos puestos en Hawaii y victorias en Ironman Canadá, ahora afamado entrenador en EEUU, (www.triathloncoach.com).

De nada por la lección de historia.

Arri dijo...

Copied that Sir.