viernes, 9 de mayo de 2008

Fuente Álamo (III) Una carrera en la que pasó de todo

Treinta segundos para el mismísimo inferno, Aldana a mi lado, tensión que se puede cortar con el filo de un cuchillo para untar mantequilla... 10 segundos, paso al frente hasta la línea contínua. Bocinazo...

Fue un estallido de gritos y agua, chapoteos, más gritos, carreras... Aldana clava el pie en la arena delante de mí, lo intento levantar y salgo corriendo mar adentro.
Muchas olas, mareado, pero por suerte no me entra agua en las gafas, mucho agobio, demasiada gente, voy pegandome con todo Cristo, recibo puñetazos, propino patadas, el mundo es cruel y no quiero ser una víctima. Más olas. No veo la boya. Sigo al grupo. Olas que te balancean maliciosamente... gente arriba y abajo, por fin, el nefasto trago de agua salada, muy bueno para la flora intestinal, ahora creo que tengo algún alga y todo, si me apuras creo que un par de percebes y un centollo. Ese salado y repulsivo sabor en la boca, toso y me dan arcadas. Pero todo esto es normal. Giro en la primera boya, me pongo a pies y recibo una patada. Dios, que hostia, si tengo las gafas por las cejas. Me paro y las coloco. Sé que tengo que adelantar al troll de que me he comido el hostión más grande hasta la fecha en competición. Poco a poco me coloco y remonto. Las olas golpean ahora de lado, por suerte, soy de respiración zurda y me beneficia este hecho puesto que pegan desde la derecha. Poco a poco nos aproximamos a la playa. En la última boya me parece ir junto a Aldana, no estoy seguro. Me desvío con un grupo al que intento infructuosamente pasar y me frena. Por fin llego a la playa.

Me quito las gafas, del mareo caigo de bocas y me entra agua en los ojos. Con las lentillas me parece ácido, joder lo que escuece. Me levanto y salgo corriendo, me bajo el neopreno. En boxes veo a Aldana y Mula, vamos bien. La transición relativamente lenta y con cuidado de meter el neopreno en la bolsa de plástico con el dorsal. Salgo corriendo, otro troll se me coloca delante, en la línea de transición se frena y se me engancha su rueda trasera en mi delantera, el cuenta deja de marcar. Me coloco y exprimiendome a fondo consigo enganchar un grupo distante, delante del cuál va un grupo con Aldana y Mula, pero nada más llegar comienzan lsa hostilidades. Consigo meterme en medio y aguanto. Recogemos a Mula que se había descolgado del grupo. Conseguimos aguantar unos 2 kilómetros más de ascensión y al final poco a poco el grupo se estira y comenzamos a caer. Uno de los primeros fui yo, después Mula, y algún otro, que iríamos recogiendo en la subida. Coronamos resoplando como putos búfalos en el km 11 y pasa un grupo a toda hostia sin que podamos coger. El agua escasea. Intentamos coger el grupo. Nada, es imposible. Sin saberlo, mi compi de equipo y yo nos enfrentaríamos al viento, al llano y al cansancio durante unos 10 u 11km más (hasta el 24). Relevos de a minuto, descansando poco a poco, esto parece que funciona, pero no saber la velocidad a la que vamos es algo que me angustia un poco. Cogemos a gente suelta que ni siquiera intenta coger rueda. Cada vez el cansancio es mayor. A 1km del pueblo, y manda cojones que fuera a 1km nos coge un grupo y descansamos los últimos metros.

La transición rápida: zapatillas y dorsal, se me quedó la lengueta de la zapatilla izquierda doblada, pero no me paro y comienzo a correr, sé que me va a rozar pero prima la velocidad. Comienzo a correr, voy bien, cansado eso sí, veo a Aldana bastante lejos y a Mula. Sigo a mi ritmo, no me preocupo, todo a su debido tiempo. Primer giro de 180º, la zapatilla resbala y caigo al suelo, por suerte me da tiempo a parar con el antebrazo. Me levanto y sigo, en la cuesta arriba voy adelantando gente poco a poco, me empiezo a encontrar bien a partir del km 2, aprieto y subo el ritmo poco a poco. Segunda vuelta y cojo la muñequera. Bajada recta, giro de 180º y subida, avituallo agua, trago un poco. Me empieza a doler el estómago... "aguanta que no queda nada"-pienso para mí mismo. Pero es en vano, una arcada y después una segunda, acabo vomitando agua en plan surtidor, no me paro, tengo que seguir, aprieto los dientes, de nuevo arcada y agua que sale hacia fuera... Recuerdo un intenso dolor de estómago a continuación y los metros finales en los que el subconsciente fue el que actuó y no yo.

Por fin me reúno en meta con mis compañeros y reponemos fuerzas con las frutas, refrescos, zumos, isotónicas y demás de la zona de "finishers". Dentro de lo que cabe, no ha salido mal, pero sé que desde luego, éste no ha sido mi día. Ahora es cuando me pregunto... ¿debí echar aquel rezo?... pero sólo el silencio me contesta. Me duele el estómago y la rozadura de la zapatilla, a la que se suma la de las patas del mono que han hecho una aunténtica carnicería en la cara interior de los muslos y para colmo me dicen que tengo un ojo morao' (de la patada de la natación). La espera del resto de compañeros comentando la carrera y luego la posterior recogida de material de boxes.


PD: Fotos pondré cuando consiga las de Javi "Noruego" de la Cruz.

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