viernes, 30 de enero de 2009

Ansiedad





Muchas veces sufrimos este estado psicológico y realmente no sabemos qué es. En verdad este 'mal de los atletas' se esconde tras muchos nombres populares, desde las famosas cagaleras de la muerte hasta los comúnmente llamados nervios precompetitivos. Pero la realidad, es que todo es ansiedad.

Entonces ¿Qué es la ansiedad en sí? Es un estado psicológico en el que el Sistema Nervioso Autónomo muestra una hiperactividad descomunal. Y esta hiperactividad se traduce mediante tres vías: Fisiológicamente se produce una hiperactividad del Sistema Nervioso Simpático, consecuencias: sudo
ración excesiva, sequedad de boca (por tanto sed), ganas de mear... nuestras famosas cagaleras de la muerte. A nivel Motor encontramos una tensión excesiva en la musculatura lo que genera un agarrotamiento de los músculos y la consecuente pérdida de eficiencia en el trabajo, ya que esa excesiva tensión interfiere en la coordinación neuromuscular. Y por último en el plano Psicológico observamos la presencia de pensamientos nefastos, desagradables y que se repiten constantemente, a veces no somos capaces de controlarlos siquiera.

Normalmente para controlarla se suele acudir a la relajación, pero se produce a través de una reducción de la activación autonómica, lo no siempre es recomendable ya que nos arriesgamos a perder la 'chispita' de los primeros 100 metros de natación. Los corredores de Ironman o LD en
general, suele llamarlo crisis, pero lo que se produce es un estado de ansiedad en el ámbito más claramente psicológico: ganas de retirarse, pensamientos cómo ¿quién me mandaría a mí?, abatimiento y pérdida de las ganas de luchar. Normalmente a los de corta distancia si no meamos 10 veces los últimos 15 minutos antes de la prueba, el corazón nos pega unos bombazos que parece que te va a reventar el pecho y tienes la sensación de que alguien te lo oprime.

Pero ¿por qué sentimos ansiedad? Algunos estudios dicen que se debe a tres variables que se producen en todas las competiciones: se percibe como una amenaza (debido a la cantidad de horas y esfuerzo en el entrenamiento), existe incertidumbre (no sabemos qué p
asará) y no controlamos lo que va a pasar en ella. ¿Posibles soluciones? Tan solo hay una: aprender a dominarla después de sufrirla en varias ocasiones.


PD: Para que veáis que aunque haya sacado un 5'4 en Psicología estudié como un hijo de puta, y que de vez en cuando clavar codos sirve para algo más que hacer rico al de la máquina de café y a los del RedBull, jajaja.



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