lunes, 20 de agosto de 2007

Mi Primer Olímpico: Triatlón de Cuenca (II Parte)



Reanudamos la crónica donde la dejamos, nada más entrar en meta. Tuvimos el avituallamiento normal, Aldana llegó medio mareado y nos fuimos a sentar a las escaleras, donde nos comidos el manduco de las bolsas y descansamos un poquito. Después fuimos a por las bolsas con el neopreno y las cosillas que habíamos dejado en el Box 1 para comprobar, amargamente, que todo lo que había dentro de la mochila (bajo el neopreno) estaba empapado... todo... el móvil, que por suerte no cogió humedad y funcionó perfectamente y lo peor la cartera... sí, esa cartera que me trajeron de Túnez mis tíos hace un par de años... la cartera chorreando y los billetes de dentro impregnados con el tinte de la cartera... el billete de 10 parecía uno de 50 de la mierda que tenía encima. Un desastre.




Cogimos las cosas y pal' hotel, todos menos Samu y Mula que se fueron en bici... Samu cómo no chupando rueda... xDDDDDD, nosotros metimos las cosas en la furgo y luego para salir fue una Odisea, casi no cabíamos por la salida y pasó a 2 dedos de rozar la pared...uffffff. En el hotel tendimos las cosas en un patito pequeñito que teníamos... ¡Saltando por la ventana! Hasta que fue el gracioso del Mula y me dejó fuera, así que tuve que saltar por la habitación de Samu, Susi y Luis Je. Luego media hora pa' ducharse el cabron. Al final nos arreglamos y nos fuimos al sitio donde daban la cena... no sin antes casi perdernos y salirnos de Cuenca para pedir información en una gasolinera. Al fin llegamos, la putada fue encontrar el hueco para cenar, 6 personas, buf, chungo chungo, al final nos apretujamos con ayuda de unos triatletas catalanes y nos pudimos meter todos juntitos en la mesa para esperar la comida...




Comentarios acerca de la comida: primero unos macarrones que estaban tan cocidos que formaban una masa amorfa y que no hacía falta masticar, de segundo (y ya había pasado más de media hora y un poco de ensalada) unos filetillos con un pelín de salsa que no estaban malos pero tampoco buenos y ya al final alguna patatuela frita que estaban buenas, de postre melón-madera, de esos que están verdes que te cagas y saben a corteza de árbol y para más inri cuando estamos con el melón sacan una bandeja enorme de patatas fritas. En esto que empezaron a repartir trofeos, nos tocó el turno y salimos. Nos quedamos para el sorteo de material deportivo, aquí vino la anécdota de la noche: Unos magníficos guantes de ciclismo de nosequéhostias dijo el Speaker.


En esto que me dice Aldana: Tío si me toca algo sal tú que me da ver...


!EL 82! El número de Aldana así que salió a por ellos... unos mitones para el-hombre-que-jamás-utiliza-guantes, irónico, ¿verdad? Luego a los compis aguaverdianos Krt y Loko, una camisetilla pa' correr y unas zapatilla de ciclismo Shimano.




Por entonces Mula ya descansaba desde hacía rato en la furgoneta porque le dolía la cabeza, así que fuimos a llevarle al hotel y luego salimos a tomar algo por el casco antiguo de Cuenca con el SusiTourGuide, estuvimos en tres garitos de marcha charlando en plan distendido y luego nos volvimos al hotelito. A las 9 tocaría diana.




Domingo:


De nuevo Raphael al igual que en Agramón, que ya se ha convertido en nuestra banda sonora matutina para despertarse, recogimos las cosas y nos bajamos a desayunar: café con leche, zumito, tostadas y un churrito y para la furgoneta para Talavera. Antes de empezar el regreso paramos en la misma gasolinera donde habíamos pedido indicaciones la noche anterior, compré un sandwich pa'l camino y un zumito, eché un meo y a la furgo. De un tirón para casita. A la una y algo llegué a casa y por la tarde 3 horitas de siesta.

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