domingo, 4 de abril de 2010

Talavera Easter TriTraining Camp Día 4

Cuarto y último día de Campus de Entrenamiento por tierras talaveranas. Hoy ruta larga con la bici. Larga y dura: Talavera - Pepino - San Román de los Montes - Castillo de Bayuela - Garciotún - Nuño Gómez - Pelahustán - Alto del Piélago - Navamorcuende - Marrupe - Cervera - Talavera. Total: 104km.
¡Pero qué 104 kilómetros! Hasta la 'cuesta de los toros', cercana a Bayuela a un buen ritmo, eso sí, antes de eso tuvimos el susto del día: Amaya hizo el afilador y cayó a plomo contra el suelo. Finalmente no ocurrió nada grave, sólo el susto y algún moratón que le saldrá, pero ya tienes esa cosilla en el cuerpo que te dice que tengas cuidadín.

Ascensión a Castillo de Bayuela mientras el grupo atrochaba por el atajo, con Toni Cendón arreando fuerte hacia arriba. Como diría P.: "Veis un repecho y se os pone dura". Jaja. Y claro, el grupito era de los 'pocos calentitos': Noru, Luis Rin, Andresito, Stefhan, Samu y yo. Empecé subiendo yo fuertecito la parte dura, y al final de la misma atacó Samu para coger a Toni que se había escapado unos 30 metros por delante. Apreté un poco y recortamos otro poco, y luego apretó Noru y pasamos por encima de él. Jaja. Después en el tramo de Garciotún-Nuño Gómez-Pelahustán fuimos volando. Quitándole las pegatinas a todos los grupitos que se habían ido formando por la exigencia del terreno. Creo que fueron 45 minutos a no menos 157ppm, en los que no me dieron tregua alguna, ni para meterle un tiento a la barrita que me dio ayer Sara. A la salida de Nuño Gómez me quedé un poco rezagado, antes de empezar los últimos 7 km hasta Pelahustán (de los cuáles 4 son de subida, 1 de falso llano y 2 de bajada, o al menos eso me pareció a mí).

Tenía pensado quedarme e ir a mi ritmo, guardando duros para el Piélago, pero ya se encargó Luis Rin de cogerme y hacerme ir a su rueda para enlazar con los de delante. Yo se lo dije claramente: "Luis Rin, te odio". Jaja. Qué angustia y sufrimiento. No tanto por el dolor de piernas como por la sensación de estar ya jodido, apajarao', a punto de reventar. Y antes de la llegada a Pelahustán empujando junto con Noru a Toni Cendón porque se le había salido la cadena en una cuesta. Lo justito para petar.

Parada en Pelahustán y a comer como un descosido, ya sentía la presencia del hombre del mazo soplandome en la nuca. Cocacola, torrija de mami y mazapán. Y parecía que la cosa mejoraba bastante, me encontraba relativamente bien. Dimos la vuelta a por Toni Cendón que había pinchado (pero luego nos enteramos de que había reventado la cubierta) y volvimos hacia adelante pasando a casi todos. Ascensión al Piélago a mi ritmo, sin agobiarme, sabiendo lo que quedaba por delante y los (pocos) duros que llevaba encima. Cogí a Sara y casi a Patri que habían empezado a subir antes que yo. Por delante Andreas subía con el grupillo 'torturándolos' según dijo Álvaro al parar arriba a conversar y a esperar al resto.

Vuelta a Talavera volada, con aire a favor y cuesta abajo, ¡que ya era hora! Llevábamos toda la mañana subiendo o con terreno pestoso, y os podéis imaginar hasta dónde estaba ya de dar pedales. Pero estos días son en los que te das cuenta del enorme valor y sufrimiento que tiene gente como David Arroyo, por mucho que lo mires desde la perspectiva de que son ciclistas profesionales y cobren por ello, también tendrán sus pájaras y sus días en los que acaben hasta los huevos (digo yo..).

Al llegar a casa 300 abdominales y 100 lumbares.

Aquí concluye una de las semanas más intensas que recuerdo, en la que he entrenado como un animal desde el martes hasta el domingo.

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