miércoles, 13 de enero de 2010

Cuando...

Hay días en los que las cosan marchan bien. Hay días en los que las cosas marchan mal. Tiene que haber estos dos tipos de días para apreciar cada uno a su manera.

Los entrenos en Talavera se acabaron. Toca volver a la cruda realidad: Toledo. Se acabaron los entrenamientos programados, Quique corrigiéndote la técnica día tras día en la piscina, a Pablo en las series de carrera (y últimamente y gracias a Dios, en bici también) y a los chicos en la grupeta de bici... al menos, de domingo a viernes.

La realidad se torna gris. Ya no tienes a nadie para apoyarte en tus 'deberes' o a quién apoyar, que muchas veces es un estímulo mayor que hacerlo tú mismo. Vuelve la soledad. Vuelven los días tristes y nostálgicos, en gran parte metafísicos. Otra vez llueve sobre mojado. En todo el día no ha parado. Ayer imposible, con temperaturas bajo cero todo el día, nieve y hielo, y el agua de la piscina de la UCLM a 21ºC. Hay cosas que no cambian. Hoy logré hacer un cúmulo de ánimo y fuerzas y me decidí ir a nadar. 24'6ºC.

Los primeros metros son horribles. En realidad, casi todos. Hasta que haces las primeras series en Aeróbico Medio, en las que te parece haber encontrado un último impulso irracional. 1'21'' la más lenta, 1'17'' la más rápida.

Y es en estos días malos, cuanto la gente te pregunta, y tú mismo también lo haces, si detrás de tanto sacrificio hay una recompensa. La verdad es que ya no me planteo si lo hay o no, porque tampoco lo busco con un ahínco desmesurado. Simplemente, vivo mi vida acorde a los impulsos que dicta mi corazón. Ya no es un deporte, sino una forma de vida.

1 comentario:

Carlos dijo...

Tendre que pasarme alguna mañana por el módulo acuático para que me expliques como coño se puede nadar a esos ritmos......!!!!!!